CAUSA PERDIDA O ÚLTIMA OPORTUNIDAD
La iniciativa diplomática de Alemania y Francia ante Rusia y Ucrania responde a una muestra de realismo y prudente determinación. La desastrosa injerencia de la UE en la crisis ucraniana, al forzar una elección hacia Occidente, está en la raíz de la guerra civil. Por ello, la mediación europea pretende, además de contener la extensión de los rebeldes, calmar la ira de la población prorrusa con el compromiso de aceptar una amplia autonomía en esas regiones y la presencia de una fuerza multinacional que vele por el cese de las hostilidades y por el respeto muto y la convivencia (como en Bosnia).
Toda la población de Ucrania merece respeto, todos por igual. Ucrania no tiene otra opción de futuro que no pase por políticas inclusivas y de equilibrio entre los respetables sentimientos de toda su población, sin despreciar a la otra mitad.
La UE, liderada por Alemania y Francia como en los buenos tiempos, sabe que Ucrania no tiene ninguna posibilidad de ganar la guerra a Rusia ni con la ayuda de EEUU. Realismo. La actitud norteamericana de vender armas a Ucrania inflamaría una larga y devastadora guerra para Europa. Ucrania podría desaparecer y volver al núcleo ruso al que perteneció durante siglos.
Intervenir en un conflicto armado interno, en especial ayudar a los rebeldes, es una infracción del Derecho Internacional, lo haga Rusia o EEUU. Se debe respetar el principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados y no ponerse a priori a favor de cualquiera de los bandos en un conflicto armado interno. No significa mirar para otro lado; hay que actuar con medios pacíficos: sanciones -claro, dejar que el tiempo actúe-, incluida la manipulación de los precios de petróleo como letal estrategia política, presionar para lograr el cese de las hostilidades y propiciar la salida política al conflicto.
Quienes creen que no se debe dejar a Rusia sin sanción por enviar armas a los rebeldes, deberían decir qué sanciones se han puesto a EEUU por el envío masivo de armas a los rebeldes sirios (también Arabia Saudí y Turquía) que acabaron en manos del terrorismo islámico. Probablemente, Al Qaeda y el 11-S no hubieran existido si Estados Unidos no hubiera armado a los rebeldes talibán en los 80 en Afganistán. Hay que pensar en el medio y largo plazo cuando se entregan armas. Prudencia y análisis frío de las consecuencias.
¿Se sancionó a EEUU por invadir Irak en 2003? Esta grosera violación del Derecho Internacional ha desestabilizado Oriente Próximo por décadas, dejando el mapa trufado de Estados desestructurados y potenciado el terrorismo islamista. ¿O qué sanciones ha tenido Marruecos por anexionarse el Sáhara o Israel por los Altos del Golán o el territorio palestino? Impunidad total.
La política realista de Alemania y Francia parte de algo elemental. La guerra de Ucrania sucede en Europa; su extensión y agudización sólo pueden tener consecuencias devastadoras para Europa como región y proceso de integración. Por el contrario, para EEUU, como lo de Irak o Siria, Ucrania nunca le afectará en su continente, sería una fuente preciosa de negocio para su poderosa industria armamentística, consolidaría su recuperación y pondría fin al proceso de integración y a un competidor económico-político.
En Ucrania hay una guerra civil en la que podemos y debemos mediar para contenerla y ayudar para que todos cedan, incluido Rusia en su ilegal ayuda a los rebeldes. Alemania ha dicho una gran verdad; la seguridad europea tiene que hacerse con Rusia, no contra Rusia. Los rusos son europeos. No hay negociación exitosa sin cesiones, sin transacciones -como una Ucrania fuera de la UE y de la OTAN bien valen nuestra paz-. Ceder todos a fin de no causar un mal mayor que el que se quiere atajar.
Una gran guerra en Europa no tendría marcha atrás, y lo sabe Alemania; para Ucrania podría suponer perderlo todo. Con la diplomacia cabe enderezar, ceder y siempre hay algo que salvar, si bien requiere tiempo y los medios de comunicación quieren noticias ya.