elfarodigital.es 23.05.14
Ciudad norteafricana fronteriza, el secuestro internacional toma, si cabe, una perspectiva mayor en Ceuta, como destacó Fernández de Buján: Hay un convenio entre España y Marruecos que data del año 1997, un tratado que supuso un avance importante en esta materia y la relación entre ambos países. Está fundamentado, y tiene su base y origen, en el convenio internacional más importante que hay en materia de la situación de menores, que es el Convenio de La Haya, del año 80. España se adhirió muy pronto al Convenio de La Haya, siguió relatando el experto, poco después del 80 pero Marruecos no hizo lo propio hasta 2010, de modo que de 1997 hasta 2010 Marruecos no fue parte contratante. ¿Y qué se aplica ahora, el convenio del 97 o el de 2010?, se preguntó el catedrático ante la atención de un auditorio repleto en el día inaugural de las Jornadas, para responderse acto seguido: La doctrina mayoritaria opina que se aplicará uno u otro en la medida en que cualquiera de los dos convenios sea más favorable al menor. Claramente se ha avanzado entre ambos países aunque aún haya lagunas, determinó.
Asimismo, y ante la amenaza de la existencia de potentes redes creadas y orientadas para secuestrar a menores, más proclives a que operen en países no tan desarrollados como los del denominada Primer Mundo, entre los que aún se encuentran España, Fernández de Buján indicó que hay (o había) una polémica acerca de si es bueno o no criminalizar estas actuaciones pero esta discusión se ha solucionado en favor de la criminalización y yo estoy de acuerdo porque son conductas claramente penales, circunstancia que, para el experto, favorece la lucha contra los infractores.
Con una preocupación capital presente en el transcurso de su intervención, la concerniente a la defensa del menor, el catedrático consideró que para velar por los menores hay que dedicarle más tiempo, medios y esfuerzos; que se estudie más, que se intente llegar a procedimientos únicos. La figura del menor podría estar más y mejor protegida en la medida que hubiera más acuerdos entre países, lamentó.
Hoy, explicó Fernández de Buján, con el mundo globalizado no hablamos de personas de nacionalidades diferentes sino que hablamos de personas de nacionalidad diferentes, de culturas opuestas o de religiones en muchos aspectos opuestas y estas diferencias se resuelven llegando a acuerdos, no hay otro remedio. El mundo es una reproducción en grande de lo que cada uno tenemos en pequeño: tenemos problemas con nuestros amigos, familiares, etcétera y la solución no llega con imposiciones sino con acuerdos.
Asimismo, el catedrático abogó por que el menor sea escuchado siempre, siempre que tenga un grado de madurez suficiente para expresarse; es un error decir que sólo se escuchará al menor en el supuesto de que el progenitor se oponga a la restitución. Hay que escuchar al menor en todos los supuestos, no sólo si tiene once o trece años, sino siempre, aseveró. Los menores, en general, se expresan de manera muy auténtica y los mayores mienten más. En este sentido, soy muy radical en favor de que la opinión del menor sea muy relevante y hoy no lo es, concluyó el experto entre una atronadora ovación final.