Doña Sofía ha sido recibida a su llegada a la sede de la Real Academia, en la madrileña Plaza de la Villa, por el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, por los ministros de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y Exteriores, José Manuel García-Margallo, y por el presidente de la institución, Marcelino Oreja.
Han intervenido los académicos Santiago Muñoz Machado, Adela Cortina y Pedro Cerezo Galán, así como Marcelino Oreja, ante un auditorio en el que estaban presentes, junto a autoridades y miembros de la institución, la viuda y los cuatro hijos del homenajeado.
Muñoz Machado ha destacado "la calidad humana y armonía de su pensamiento con su conducta" y ha subrayado que el académico fue "un jurista excepcional" y un profesor "inolvidable", además de un "defensor persistente de los derechos humanos".
Por su parte, Adela Cortina ha dicho que Carrillo "ha sido y es ya una parte importante de la Historia de España", en la que ha escrito "una de sus páginas más brillantes", y ha asegurado que en los tiempos actuales "necesitamos como el aire que respiramos este tipo de personalidades límpidas y sabias".
Pedro Cerezo Galán ha hablado también del "compañero inolvidable" que conoció en las vísperas de la Transición, en Granada, cuando ya él tenía "un aura de humanidad", y ha manifestado que "su gran pasión intelectual fueron los derechos humanos" un asunto sobre el que "volvía una y otra vez, descubriendo nuevas facetas" y que obedecía a su "compromiso integral por la causa del hombre".
Del que fue magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y miembro de la Comisión Europea de Derechos Humanos, un emocionado Marcelino Oreja ha recordado el origen de su amistad y ha explicado cómo contribuyó a consolidar en España la política de defensa de los derechos humanos durante la Transición democrática.
También ha evocado "su condición de maestro, su infinita bondad, su libertad de criterio, su humildad, su discreción, su espíritu de solidaridad, su constante compromiso con la Justicia" y también "su forma de compartir el dolor de los otros, a quienes acompañaba física y espiritualmente" y su ser "profundamente religioso".
Tras sus palabras, la Reina ha entregado una reproducción de la medalla académica a la viuda del homenajeado, Matilde Donaire.
Concluido el acto, Doña Sofía ha mantenido un breve encuentro privado con la viuda, sus cuatro hijos, y con los académicos que han asistido al homenaje.
