LLEGAR A TIEMPO
Los resultados de las elecciones en Grecia muestran una polarización que no despeja la inestabilidad política. El país está quebrado, en recesión, agujereado por la corrupción, sigue sin recaudar impuestos (y menos en años electorales...) y no puede hacer frente a los términos del rescate europeo. El problema principal lo tiene el conjunto de la Unión Europea. Es difícil rechazar ya el diagnóstico de que estamos ante una crisis de la moneda única y no de una serie de Estados miembros. Los dirigentes europeos han demostrado un liderazgo limitado y falta de lucidez mientras parecía que había tiempo para arreglar las cosas. Es cierto que desde 2009 se han dado pasos para reformar el euro, pero la actitud preferida ha sido posponer las decisiones difíciles, que pasan por centralizar poderes en Bruselas y crear una verdadera federación económica. Ahora que se acaba el tiempo, parece que se aclaran las ideas y que podría haber liderazgo suficiente con el fin de salvar este gran proyecto europeo. En parte se conseguiría gracias a la influencia de la Casa Blanca sobre Angela Merkel, aunque no sabemos si está interlocución finalmente dará sus frutos. Lo que tampoco podemos anticipar es si cuando terminen las negociaciones entre los cirujanos seguirá con vida el paciente. La operación pendiente es de gran envergadura y cualitativamente distinta a la presentación de acuerdos políticos para transitar cómodamente hacia la tierra prometida, protegidos de forma ocasional por el Banco Central Europeo. Se trata de la creación a corto plazo de una unión bancaria, una unión fiscal y una unión política. Pero la especialidad de la Unión Europea no es reaccionar con el brío requerido sino tejer con parsimonia consensos. Para que tenga éxito este salto mortal, además de ejecutarlo a la perfección hay que conseguir después la aceptación democrática de las mutaciones constitucionales a las que daría lugar. La desconexión entre los dirigentes y sus poblaciones y el hecho de que, en el fondo, no nos queremos tanto entre los europeos, serían entonces los grandes obstáculos.