Juan Luis de la Rúa afirmó que los jueces y fiscales no pueden ser conocedores de todos los idiomas, lo que hace necesario un servicio de traducción e interpretación.
Según el Presidente del Tribunal Superior de Justicia, lo ideal sería que los traductores e intérpretes fuesen fijos, porque esto supondría la creación de más funcionarios y se dispondría de estos profesionales en cualquier momento.
En este sentido, Juan Luis de la Rúa apuntó que la falta de traductores e intérpretes ha hecho que en el ámbito jurídico se haya tenido que modificar la distribución de los mismos, pasando de ser provincial a ser comarcal “con el fin de que tengan menos dificultades a la hora de desplazarse a los distintos partidos judiciales”.