La reforma del Código Penal supone la introducción de doce nuevos tipos penales, como la sustracción de teléfonos móviles o los relativos a la propiedad intelectual, así como la sustitución del arresto de fin de semana por la localización permanente, por penas de prisión de corta duración o por trabajos en beneficio de la comunidad.
La modificación de la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores permitirá la personación de las familias de las víctimas como acusación en los procesos judiciales.
Las reformas referentes a la Ley de Enjuiciamiento Criminal prevén la creación de mecanismos de alerta para evitar la excarcelación de presos por el cumplimiento de la duración máxima de la pena preventiva sin haber sido juzgados, entre otros aspectos.