Una vez aprobada la Ley 18/2001, de 12 de diciembre, General de Estabilidad Presupuestaria, que garantiza el equilibrio de las cuentas públicas en su conjunto, es necesario crear la Ley de Subvenciones.
La Ley de Subvenciones comparte los principios de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y, como ésta última, busca asignar correctamente el gasto público, a la vez que centra los esfuerzos en la mejora de la protección social y de las políticas de gasto que favorecen la creación de empleo y el crecimiento económico. En este sentido, los principios generales de la Ley de Subvenciones son la igualdad, la publicidad, la transparencia, la objetividad y la eficacia.
La futura Ley de Subvenciones permitirá dotar a este ámbito de la actividad administrativa de un régimen jurídico propio que mejorará la gestión y el control de las subvenciones, lo que incrementará de este modo su eficacia.
Uno de los objetivos más destacados del Anteproyecto de Ley es la eficacia. En este sentido, los órganos que conceden subvenciones deberán elaborar planes estratégicos en los que se definan objetivos, plazos, costes, fuentes de financiación y prioridades de las subvenciones concedidas.
Para asegurar la eficacia, la Ley establece también nuevos instrumentos para evaluar y controlar los resultados de las ayudas concedidas, lo que mejorará la asignación de las subvenciones que se concedan en el futuro.
Asimismo, el texto del Anteproyecto indica que las Administraciones que concedan la subvención deben hacerla pública y de forma detallada en el órgano oficial correspondiente.