La elaboración del Anteproyecto de la Ley General de Telecomunicaciones tiene como finalidad incorporar al Ordenamiento español la nueva normativa sobre la materia aprobada por la Unión Europea en marzo de 2002.
La nueva regulación, por lo tanto, persigue consolidar el sector de empresas de telecomunicaciones surgidas tras la liberalización y la ruptura del monopolio de Telefónica.
En términos generales, el Anteproyecto procura una simplificación del contenido de la Ley, de modo que, en la medida de lo posible, ésta se limite al establecimiento de unos principios básicos que, en cuanto a aspectos concretos, sean desarrollados mediante Reglamento.
El Anteproyecto de Ley General de Telecomunicaciones presenta 56 artículos, frente a los 85 de la Ley vigente. Además, los artículos son más cortos y precisos.
Las principales novedades contenidas en la Ley son las siguientes: la simplificación de trámites administrativos, la vigilancia de la libre competencia en el mercado, la salvaguarda de los derechos e intereses de los usuarios, la planificación y utilización de las frecuencias y el nuevo régimen sancionador.