Esta directiva, que deroga una anterior de 1990, es un intento de la Comisión Europea para crear un marco legal que tranquilice a la sociedad y mejore su percepción ante los alimentos modificados genéticamente.
Dicha directiva tiene que ser traspuesta a la legislación nacional y, a tal efecto, el Proyecto de Ley será debatido próximamente en el Congreso de los Diputados, del que saldrá el formato definitivo de la Ley que entrará en vigor tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
Con la nueva normativa los consumidores dispondrán de mayores mecanismos de información y garantía para elegir libremente el uso y consumo de estos organismos, ya que introduce el etiquetado como un elemento fundamental para la autorización de estos productos.