LA RUTA DEL YIHADISMO
El entendimiento entre Oriente y Occidente es posible, pero labor de todos de la ideología patógena adquirida, desradicalizar a los captados o impedir que se sumen a ella es una labor de largo alcance que implica a todos.
Los terroristas han convertido en fuerza las consecuencias de sus acciones. A mayor xenofobia, mayor justificación de la acción violenta; a mayor islamofobia, más deber sagrado de atacar a los infieles. Es decir, hemos entrado en el bucle, diseñado por ellos, del que es difícil salir si no somos capaces de romper esa inercia.
En 2017 se celebrarán en España juicios por delitos de terrorismo yihadista contra unas 40 personas. El esfuerzo de fiscales, jueces, policías y servicios de inteligencia es necesario y debe ser coordinado, sin espacios de desconexión entre servicios y sistemas jurisdiccionales, sumando esfuerzos y acciones eficaces. Pero no es suficiente. Si, para justificar sus acciones el EI argumenta que son “por venganza y por el paraíso” y esa misma idea se inserta en los mensajes de captación de niños a través de videojuegos, en la placidez del rostro de los mártires oen la ilusión de las mujeres para alcanzar su plenitud como mujeres del islam, entonces nosotros deberemos descender a ese nivel y prepararnos a fondo para hacer frente a estos hechos. En caso contrario, las condenas retroalimentarán a los propios condenados.
El esfuerzo no solo debe centrarse en los aparatos de seguridad, en la persecución del tráfico de armas o la financiación del terrorismo e incluso en la creación de estructuras internacionales de persecución, al amparo de la jurisdicción universal, idónea para este fin. También debe plasmarse en el diseño de políticas comunitarias que cambien la inercia del cierre de fronteras por el de la racionalización del fenómeno migratorio, excluir cualquier ánimo xenófobo frente a este terrorismo y fortalecer las políticas de integración y educación, que hagan desaparecer la marginación de miles de personas.
El entendimiento de Oriente y Occidente será inalcanzable si no se supera la desconfianza y no se aborda una política común frente a quienes sí la tienen en el terror. La ruta del Estado Islámico llega a nuestras tierras. De nosotros depende cegarla y reconvertirla en aquel primer hallazgo que tanto bien trajo a la humanidad.