VALLADOLID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
En su sentencia, el tribunal considera probado que el procesado, al que se condena igualmente en costas, actuó "con el propósito de inducir al juez a dictar en perjuicio de la compañía aseguradora una resolución que de otro modo nunca hubiera dictado", de ahí la condena impuesta, frente a la absolución pedida por su abogado. Las acusaciones pública y particular, ejercida por Mapfre, habían solicitado un año y medio de prisión.
Los acusadores sostenían que el procesado era la única persona interesada y que resultaba beneficiaria del escaneo y posterior alteración del informe médico que recibió el 24 de julio de 2012--el original apuntaba que no se habían hallado anomalías significativas en su nervio óptico derecho, mientras que el falseado sí las recogía--y de la mutilación de los que le fueron entregados el 6 de marzo de 2013, obviando lógicamente aquellos folios cuyo contenido no favorecían sus intereses.
El primer documento falseado, como así coincidieron los acusadores, lo presentó en la vía penal contra Mapfre y más tarde, al renunciar a dicha jurisdicción y optar por la vía civil, quiso hacer valer los informes médicos mutilados para su demanda en la que reclamaba cerca de 400.000 euros de indemnización, hasta que su intento de engaño fue descubierto y dio origen al presente procedimiento.
"Nadie pone en duda las dolencias que pueda tener el acusado", advirtió la fiscal, en alusión a las graves secuelas que posteriores análisis han confirmado y que han derivado en su incapacitación absoluta, si bien, al igual que el letrado de la aseguradora, entendía delictiva la conducta de Daniel O.V. por haber tratado de recurrir a estas "manipulaciones para obtener una resolución favorable a sus pretensiones".
El ahora condenado, sin embargo, no sólo negó la autoría de las alteraciones del primer informe médico y cuya existencia no se explica, sino que atribuyó a un posible error involuntario la entrega incompleta a su propio perito del segundo parte facultativo, del que faltaba un folio.
"Los originales iban a doble cara y al fotocopiarlos puede que se me olvidara alguna de ellas", alegó Daniel O.V, quien incluso no descartó que hubiera sido cualquier otra persona porque "los informes han pasado por muchas manos".