Diario del Derecho. Edición de 03/05/2024
  • Diario del Derecho en formato RSS
  • ISSN 2254-1438
  • EDICIÓN DE 14/02/2014
 
 

Rogelio Pérez Bustamante

Estados Unidos / Unión Europea: un siglo de relaciones transatlánticas

14/02/2014
Compartir: 

El 13 de febrero de 2013, se realizaba en Washington una Declaración conjunta entre el Presidente de los EEUU, Barack Obama, y los Presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, junto con el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, cuyo texto inicial es el siguiente: “Nosotros, los líderes de los EEUU y la UE, tenemos el placer de anunciar que, con base en las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Alto Nivel UE-EEUU sobre el empleo y el crecimiento… los EEUU y la Unión Europea van a iniciar los procedimientos internos necesarios para poner en marcha las negociaciones sobre una Asociación de Comercio e Inversión Transatlántica. La relación económica transatlántica ya es la mayor del mundo, representando la mitad de la producción económica mundial y casi un billón de dólares en el comercio de bienes y servicios, así como el apoyo de millones de puestos de trabajo a ambos lados del Atlántico. Una asociación transatlántica de alto nivel de Comercio e Inversiones avanzaría la liberalización del comercio y las inversiones haciendo frente a las barreras no arancelarias y otras normativas. A través de esta negociación, los EEUU y la UE tendrán la oportunidad no sólo para ampliar el comercio y la inversión a través del Atlántico, sino también para contribuir al desarrollo de normas globales que pueden fortalecer el sistema multilateral de comercio” (…).

Rogelio Pérez Bustamante es Catedrático Jean Monnet

El artículo fue publicado en El Cronista n.º 41 (enero 2014)

El 13 de febrero de 2013, se realizaba en Washington una Declaración conjunta entre el Presidente de los EEUU, Barack Obama, y los Presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, junto con el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, cuyo texto inicial es el siguiente:

“Nosotros, los líderes de los EEUU y la UE, tenemos el placer de anunciar que, con base en las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Alto Nivel UE-EEUU sobre el empleo y el crecimiento... los EEUU y la Unión Europea van a iniciar los procedimientos internos necesarios para poner en marcha las negociaciones sobre una Asociación de Comercio e Inversión Transatlántica. La relación económica transatlántica ya es la mayor del mundo, representando la mitad de la producción económica mundial y casi un billón de dólares en el comercio de bienes y servicios, así como el apoyo de millones de puestos de trabajo a ambos lados del Atlántico. Una asociación transatlántica de alto nivel de Comercio e Inversiones avanzaría la liberalización del comercio y las inversiones haciendo frente a las barreras no arancelarias y otras normativas. A través de esta negociación, los EEUU y la UE tendrán la oportunidad no sólo para ampliar el comercio y la inversión a través del Atlántico, sino también para contribuir al desarrollo de normas globales que pueden fortalecer el sistema multilateral de comercio”.

Podemos considerar esta Declaración como el último paso de una ya larga relación transatlántica entre los Estados Unidos y los Estados pertenecientes a Unión Europea que pudiera analizarse desde diferentes perspectivas históricas, políticas, militares, económicas, sociales y culturales. El objetivo del presente escrito es, precisamente realizar una consideración de las relaciones transatlánticas en el último siglo como marco del desarrollo de esta nueva y trascendental Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión que probablemente concluirá en importante Tratado, quizá el Tratado Comercial más importante de la historia.

I. EN LOS INICIOS DEL SIGLO XX: EL FIN DE LA HEGEMONÍA EUROPEA Y EL AUGE DE LA POSICIÓN HEGEMÓNICA DE LOS EEUU

Al comenzar el siglo XX los EEUU emergen como poder global remplazando a Gran Bretaña como nación hegemónica en el orden del capitalismo global, siendo facilitado este fenómeno por el gran desarrollo americano debido a su industrialización, a la emigración y a su proceso de urbanización.

Los EEUU seguirían afirmando la Doctrina Monroe sintetizada en la frase “América para los americanos”, elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe en el año 1823, que establecía que cualquier intervención de los Estados europeos en América sería visto como un acto de agresión que requeriría la intervención de los EEUU, si bien, después de la adopción de esta doctrina se produjeron intervenciones europeas en países americanos con apoyo u omisión de EEUU.

En todo caso el aislacionismo configuraba la política exterior de los EEUU hasta los inicios del siglo XX bajo el argumento de que el país debía primero consolidar la democracia en su interior actuando luego como faro de la libertad para el resto de la humanidad. El Presidente Roosevelt emitiría el Corolario de 1904 estableciendo que, si un país americano amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno estadounidense estaría obligado a intervenir en los asuntos de ese país para “reordenarlo”, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas, lo que supuso en realidad, una carta blanca para la intervención de EEUU en América Latina y el Caribe y en cierto modo para su intervención en Europa.

La I Guerra Mundial (1914-1918) traumática y desastrosa para los grandes Estados Europeos ofreció a los EEUU la oportunidad de intervenir económica y militarmente en Europa. Hacia el final de la Gran Guerra, el 8 de enero de 1918, el Presidente de los EEUU, Woodrow Wilson hizo una llamada a las naciones europeas en conflicto para que detuvieran el fuego y dieran paso a la reconstrucción del continente, realizando un discurso ante el Congreso de los EEUU conocido como los “Catorce Puntos”, que no fue más que una serie de propuestas que permitirían desvanecer el fantasma de la guerra en todo el planeta y la conformación de un nuevo orden mundial.

El idealismo de Wilson propondría una seguridad colectiva instrumentada en la Sociedad de Naciones sin embargo los EEUU no intervendrán en la Sociedad de Naciones ya que el Congreso rechazaría el artículo 10 de su estatuto referido al compromiso de defender la integridad de los territorios. Los EEUU volverían al aislacionismo en el tiempo que corresponde a los mandatos de los Presidentes Harding (1921-1923), Coolidge (1923-1929) y Hoover (1929-1933), un periodo en el que se producirá una gran prosperidad económica.

Un acontecimiento transcendental se produciría con la llamada Gran Depresión originada en los EEUU, a partir de la caída de la bolsa del 29 de octubre de 1929 –Martes Negro–, rápidamente extendida a la mayor parte de los países del mundo. La depresión tuvo efectos devastadores. Este conflicto produjo el debate económico Keynes vs Hayek, cuyos pensamientos evocan polos opuestos sobre la elaboración de la política económica: Keynes será el ejemplo del paladín de la intervención gubernamental enérgica en los mercados, mientras que Hayek será considerado como el defensor del capitalismo liberal.

El período de entreguerras provocó un resurgimiento del aislacionismo en los EEUU, mientras que la Alemania de Hitler pondría en riesgo la paz en Europa al restaurarse en Alemania el servicio militar generalizado, remilitarizar la Renania, y poner en práctica una política extranjera agresiva destinada a reagrupar en el seno de un mismo Estado a la población germana de Europa central, comenzando por Austria (Anschluss) finalizando, con la ocupación de Polonia en marzo de 1939 lo que supuso el comienzo de la II Guerra Mundial.

Al inicio de la guerra, EEUU era neutral, algunas posturas seguían abogando por el aislacionismo estadounidense, pero Alemania empezará a atacar a los barcos de suministro de los EEUU enviados a favor de Inglaterra y sería entonces cuando, en noviembre de 1939, los EEUU modifican la Neutrality Act y en marzo de 1941 el Presidente pide al Congreso comenzar la guerra. El ataque de Japón sobre Pearl Harbor rompería cualquier esperanza de EEUU de mantener el aislacionismo, entrando inmediatamente EEUU en la II Guerra Mundial.

El 14 de septiembre de 1941 se realiza la “Carta del Atlántico”, que contendría ciertos principios comunes en los que radican las esperanzas de un mejor porvenir para la humanidad. Con la Declaración de las Naciones Unidas de 1942 las partes se comprometieron a defender la Carta del Atlántico y a emplear todos sus recursos en la guerra contra las potencias del Eje. La guerra acabaría en 1945 con una victoria total de los Aliados, alterando las relaciones políticas y la estructura social del mundo y quedando como superpotencias rivales, la Unión Soviética y los EEUU. La principal diferencia de los acuerdos del final de la guerra –Yalta y Potsdam– sería el no haber aceptado un control internacional sobre los países liberados por la URSS. El mundo quedaría dividido en dos bloques: el bloque capitalista: liderado por los EEUU y con influencia en Europa Occidental y el bloque comunista: liderado por la URSS y con influencia en Europa del Este.

La II Guerra Mundial obligaría al establecimiento de unas relaciones más profundas y permanentes entre EEUU y los países europeos occidentales, reconfigurándose la economía transatlántica e inaugurándose según diría Churchill una “special relationship”. La Unión Soviética y los EEUU, constituidas como superpotencias rivales, establecerían un escenario de la Guerra Fría que ya está presente en marzo de 1947 cuando el Presidente Truman presenta su doctrina al Congreso como medida política creada por los EEUU para dar apoyo a pueblos libres, ya que los regímenes totalitarios representaban una amenaza a la paz internacional y la seguridad nacional de los EEUU.

En un principio, se pensaba que el Reino Unido y Francia, con la ayuda de sus colonias, conseguirían salir rápidamente de la crisis pero en 1947 todavía no había progresos evidentes, y una serie de inviernos crudos habían agravado una situación ya desesperante por sí misma. Fue entonces cuando a iniciativa del Secretario de Estado, George Marshall, se constituye el Plan Marshall como la acción más importante de EEUU para la reconstrucción de los países europeos después de la II Guerra Mundial, a la vez destinada a contener un posible avance del comunismo. Creada la OECE para la ayuda americana, de 1948 a 1952, Europa viviría el periodo de máximo crecimiento económico de su historia. La producción industrial se incrementó un 35%, y la agrícola sobrepasó fuertemente los niveles de antes de la guerra.

En 1949, en plena postguerra de la II Guerra Mundial se veía con preocupación la política expansionista que estaba siguiendo la Unión Soviética. Era evidente que la ONU no podría ser capaz por sí sola de mantener la estabilidad en el mundo, ya que los intereses de EEUU conllevaron numerosos vetos soviéticos mientras que la aparición de gobiernos comunistas en Europa Central y Oriental aumentaban la presión de la URSS sobre Europa Occidental.

Las negociaciones giraron en torno a la creación de una alianza militar que tuviese una base en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, y tuvo como resultado la firma del Tratado de Washington, el 4 de abril de 1949, por la que se establecían las bases de la creación la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La Resolución Vandenberg sería la acción que abrió el camino a la negociación. El 11 de junio, se presentó en el Senado, donde se aprobó el Tratado por una mayoría de 64 votos a 6, posibilitando que el Presidente permitiese que los EEUU alcanzasen acuerdos de defensa colectiva para así aumentar la seguridad del mundo libre.

El Tratado de 4 de abril de 1949 por el que se creó la OTAN como una alianza militar intergubernamental sería firmado por doce países (EEUU, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Portugal). En 1952 Turquía y Grecia accederían al Pacto, la República Federal de Alemania en 1955 y, finalmente España, en 1982. El artículo 5 es la clave del Tratado. En caso de una agresión contra un Estado miembro compromete a sus miembros a tomar las medidas necesarias incluyendo el empleo de la fuerza armada para restablecer y asegurar la seguridad en la región del Atlántico Norte.

II. LA COLABORACIÓN DE LOS EEUU EN LOS ORÍGENES DE LA INTEGRACIÓN EUROPEA Y LA PRIMERA PROPUESTA DE PARTENARIADO ENTRE EEUU Y LA EUROPA COMUNITARIA

La ayuda económica de EEUU en el marco del Plan Marshall coincide con la evolución de los movimientos europeos que concluyen con el Congreso de La Haya en 1948 y de la que surgirán una organización política, el Consejo de Europa, constituida como una organización internacional con el fin de promover la cooperación entre todos los países de Europa en los ámbitos de las normas legales, derechos humanos, desarrollo democrático, Estado de Derecho y cultura de cooperación. Fundado en 1949, cuenta actualmente con 47 Estados miembros y es un órgano totalmente independiente de la UE. El Consejo de Europa no puede hacer leyes vinculantes y su institución más conocida es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, creado para hacer cumplir el Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950.

Los esfuerzos de integración de los países europeos occidentales acabarán tomando definitivamente cuerpo en la Declaración de 9 de mayo de 1950 redactada por Jean Monnet y presentada por Robert Schuman, en la que se propone que una Europa unida a través de realizaciones concretas puede contribuir a la paz mundial. Se reconoce esta Declaración como el primer paso para la formación de esta organización supraestatal, que propondría que el carbón y el acero de la República Federal Alemana, Francia y los demás países que se adhirieran, se sometieran a una administración conjunta, siendo este el origen de una federación europea. El Secretario de Estado de los EEUU, Dean Acheson, apoyaría estas negociaciones europeas para resolver la incorporación de Alemania Occidental en la defensa y la estabilidad de Europa y mantener el desarrollo del sistema democrático.

La Declaración Schuman dará lugar al Tratado CECA, firmado en París en 1951 que reuniría a Francia, Alemania, Italia y los países del Benelux en una Comunidad Europea con el objetivo de organizar la libre circulación del carbón y del acero y el libre acceso a las fuentes de producción. Una Alta Autoridad común supervisaría el mercado, el respeto de las normas de competencia y la transparencia de los precios.

Bajo el mismo modelo y con el apoyo de los EEUU se planteó, casi al mismo tiempo, la creación de una Comunidad Europea de Defensa (CED), propuesta en 1950 por René Pleven, primer ministro francés, en respuesta a la llamada americana para el rearme de Alemania Occidental con la intención de formar una fuerza de defensa paneuropea como una alternativa a la adhesión de Alemania a la OTAN, y aprovechar su potencial militar en caso de conflicto con el bloque soviético. El Tratado se firmaría el 27 de mayo de 1952, pero nunca entraría en vigor al no obtener la ratificación en la Asamblea Nacional francesa.

La primera crisis de la construcción comunitaria europea se superaría en la Conferencia de Mesina celebrada del 1 al 3 junio de 1955 con la presencia de los seis países miembros de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. En abril de 1956, se presentarían dos proyectos que correspondían a las dos opciones seleccionadas por los Estados miembros: la creación de un Mercado Común, y la creación de una Comunidad de la energía atómica. Aquellos proyectos concluirían el 25 de marzo de 1957 con la firma realizada en Roma por los seis países de la primera Comunidad de otros dos Tratados comunitarios, que establecieron la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o Euratom). Tras ser ratificados por los Parlamentos de los Estados, estos Tratados entraron en vigor el 1 de enero de 1958.

La CEE se convertiría rápidamente en la más importante de las organizaciones económicas de la Europa occidental ampliando sus actividades y alcanzando logros como la creación en 1962 de los niveles de precios comunes para los productos agrícolas, siendo retirados en 1968 los aranceles sobre el comercio entre los países miembros para ciertos productos.

En este tiempo, se produjeron algunas dificultades entre las relaciones de los EEUU y sus aliados europeos. La crisis de Suez de 1956 abriría una brecha entre los aliados de la OTAN. Naciones Unidas jugaría un papel importante en forzar a Gran Bretaña, Francia e Israel a retirarse fracasando en sus objetivos políticos y estratégicos de control del Canal y de la eliminación de Nasser del poder. Otra cuestión de confrontación entre UE y los Estados Europeos sería la Guerra de Vietnam, constituida como un conflicto bélico que enfrentó entre 1955 y 1975 a Vietnam del Sur, con el apoyo de EEUU, contra Vietnam del Norte, que contaba con el respaldo de China y la Unión Soviética, en el contexto general de la Guerra Fría.

El 1 de junio de 1958 el General Charles de Gaulle ocupaba la presidencia del Gobierno francés consolidando esta situación tras las elecciones presidenciales, 8 de enero de 1959. La etapa de su gobierno se caracterizaría por su firme oposición a los EEUU, mediante una reafirmación de la soberanía francesa y asimismo por una oposición a la construcción comunitaria europea. Frente a la idea europea de los Tratados Comunitarios, Francia desarrollaría el Plan Fouchet propuesto en 1961, cuya idea era formar una nueva “Unión de los Estados” como alternativa intergubernamental de las Comunidades Europeas. De Gaulle temía una pérdida de influencia francesa nacional en las Comunidades Europeas, que en ese momento se estaba volviendo cada vez más supranacional.

El 20 de enero de 1961, comenzaba el mandato de John F. Kennedy, como 35º Presidente de los EEUU. En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, se construiría el muro de Berlín a lo que sería respondido por el presidente Kennedy que Berlín era un “estado libre” enviando una brigada blindada de 1.500 hombres a Berlín Occidental. Esta posición de defensa de la Europa Comunitaria sería continuada con un importante discurso pronunciado el 4 de julio 1962 por el presidente Kennedy en el Salón de la Independencia de Washington presentando la realización de una alianza económica entre los EEUU y la UE:

“... Voy a decir aquí y ahora, en este Día de la Independencia, que los EEUU vamos a estar preparados para discutir con una Europa unida de los modos y medios de la formación de una asociación atlántica concreta, una asociación mutuamente beneficiosa entre la nueva unión que empieza a perfilarse en Europa y la antigua Unión Americana fundada aquí hace 175 años ... para la asociación atlántica de la que hablo no sólo es necesario mirar hacia adentro, a la preocupación por nuestro propio bienestar y progreso. Se debe mirar hacia fuera para cooperar con todas las naciones en el cumplimiento de su preocupación común y ello serviría como un núcleo para la eventual unión de todos los hombres libres, los que ahora son libres y los que están prometiendo que algún día serán libres”.

... (Resto del artículo) ...

Para consultar el artículo completo suscríbase a El Cronista por 72 € al año y, además de recibir la revista impresa en su domicilio, podrá consultar todos los artículos de años anteriores en soporte electrónico.

Pulse aquí para obtener más información.

Comentarios

Escribir un comentario

Para poder opinar es necesario el registro. Si ya es usuario registrado, escriba su nombre de usuario y contraseña:

 

Si desea registrase en www.iustel.com y poder escribir un comentario, puede hacerlo a través el siguiente enlace: Registrarme en www.iustel.com.

  • Iustel no es responsable de los comentarios escritos por los usuarios.
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Revista El Cronista:

Revista El Cronista del Estado Social y Democrático de Derecho

Lo más leído:

Secciones:

Boletines Oficiales:

 

© PORTALDERECHO 2001-2024

Icono de conformidad con el Nivel Doble-A, de las Directrices de Accesibilidad para el Contenido Web 1.0 del W3C-WAI: abre una nueva ventana