MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
El Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo 3 de la Audiencia Nacional ha confirmado este viernes la sanción de 9000 euros impuesta al Sevilla FC por cánticos insultantes lanzados por aficionados contra los jugadores del Real Madrid Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos durante un partido de Liga de la pasada temporada.
Según la sentencia, expresiones como "ese portugués, qué hijo puta es" o "písalo, písalo", que se gritaron en un partido en el Sánchez Pizjuán el 8 de noviembre de 2015, en modo alguno suponen "conductas intrascendentes" ya que evitan que los partidos se desarrollen de forma correcta. Son "un patente rechazo intolerante de la afición del equipo contrario hacia el comportamiento deportivo de los participantes en el encuentro", dice.
El juez Adolfo Serrano de Triana se refiere, en concreto, a la reiteración de los insultos contra Cristiano Ronaldo, que procedieron de la zona lateral gol norte, y destaca de las referencias a su nacionalidad son "claramente denigratorias, vejatorias y atentatorias de su dignidad". La alusión a su origen nacional es "inaceptable", más aún cuando, frente a este doble insulto, no podía defenderse.
Respecto al "písalo, písalo" dirigido a Ramos en un momento en el que estaba siendo atendido en el suelo por los servicios médicos, la resolución precisa que el grito, además de despreciativo es "agresivo y violento".
La sentencia, contra la que no cabe recurso, confirma la decisión del Tribunal Administrativo del Deporte, que había avalado las sanciones fijadas por la Real Federación Española de Fútbol.
ESFUERZOS DEL SEVILLA
El magistrado hace mención a los esfuerzos del club sevillista para evitar esas conductas y, por ello, deja la multa en un grado mínimo. Advierte, no obstante, que las medidas no han sido suficientes para resultar eficaces.
Así, destaca --como ya hizo la Administración-- que no se utilizan mecanismos de megafonía en el estadio tanto para prevenir como para evitar que se repitan este tipo de incidentes. Tampoco hay medidas de seguridad privada ni se ha intentado identificar a quienes protagonizaron los insultos.
