MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El exfiscal general del Estado Eduardo Torres-Dulce se ha referido este miércoles a su renuncia al cargo el pasado mes de diciembre y ha insistido en que abandonó por "motivos personales". "No voy a decir lo de que 'je ne regrette rien' pero el trabajo está hecho", ha dicho y ha agregado que, en su opinión, las tareas hay que concluirlas "como uno es". "Yo soy así, Las consecuencias o comentarios se los dejo a analistas, periodistas y compañeros", ha apostillado.
Torres-Dulce, que regresó a su puesto de fiscal en el Tribunal Constitucional tras su salida de la Fiscalía General ha reaparecido ante los medios por primera vez desde su dimisión. Durante la presentación en Madrid del libro 'La justicia y sus puñetas' ha citado al director de cine Hawks y ha recordado que la vida "es un trabajo que hay que hacer y que se acaba".
El antecesor de Consuelo Madrigal se ha referido, además, a aquellas cuestiones que le resultaron más 'puñeteras' durante su etapa al frente del Ministerio Público. Así, ha lamentado que "la conjunción astral" no permitiera avanzar en la reforma del proceso penal y en la introducción de innovaciones tecnológicas.
Torres-Dulce ha bromeado además con los autores del libro, los periodistas jurídicos Quico Tomás y Valiente y Paco Pardo, a los que ha agradecido que le sacaran de su despacho para acudir al acto de presentación. "Eso sí, mi gratitud es menor que si me hubieran sacado de mi despacho de la Fiscalía General del Estado", ha ironizado.
DESENCUENTROS
Cuando se produjo su dimisión, los desencuentros de Torres-Dulce con el Gobierno venían de lejos y podrían estar relacionado con la defensa de la autonomía fiscal de la que hizo gala desde el comienzo de su mandato y que se habría evidenciado, para disgusto del Ejecutivo, en la gestión que Anticorrupción ha realizado de asuntos clave para el PP como son los casos Gürtel y el de los papeles de Bárcenas. El exfiscal general dejó muy libre criterio a los fiscales designados en estos asuntos.
Las quejas públicas de Torres-Dulce contra el Gobierno comenzaron a hacerse públicas a cuenta de los planes del exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón para el Código Procesal Penal, que no cumplían con sus expectativas para lograr la instrucción penal por los fiscales.
Más adelante, el enfrentamiento cristalizó con las tensiones que precedieron a la interposición de la querella de la Fiscalía contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y dos miembros de su gobierno por su intervención en el denominado proceso participativo del 9-N.
La "radiografía" como el mismo Torres-Dulce la llamó que la prensa hizo del proceso de elaboración de la querella puso en negro sobre blanco que el fiscal general y el Gobierno no compartían criterio sobre los tiempos de presentación de la misma.
Así se evidenció durante la última comparecencia de Torres-Dulce en el Congreso el pasado 26 de noviembre, cuando manifestó que no se le podía decir que fuera proclive al Gobierno de Mariano Rajoy y citó como ejemplos la solicitud de prisión para el extesorero del PP Luis Bárcenas y sus posiciones contrarias al Ministerio del Interior en los casos Bolinaga y Matas.
