EL MEJOR PROYECTO EUROPEO
Los primeros quebraderos de cabeza de la nueva Comisión han provenido de las revelaciones de prácticas fiscales en Luxemburgo propias de un paraíso fiscal -en Holanda no son tan distintas- así como del Reino Unido, por la insistencia del gobierno conservador en limitar la libre circulación de trabajadores. Jean Claude Juncker ha reaccionado con la propuesta de nuevas medidas de transparencia y de intercambio de información fiscal, aunque arrastra un déficit de legitimidad por tener un doble rasero. Ha intentado tomar distancia de su pasado, utilizando la vieja fórmula de los miembros de la Comisión para referirse a su propio Estado miembro, el país que mejor conozco. En el asunto de los límites a la inmigración intraeuropea, el Tribunal de Justicia ha dictado esta semana una sentencia importante que debe servir para volver a tender puentes entre Berlín y Londres. Los gobiernos podrán denegar ayudas sociales a los europeos que cambian de residencia solo para acogerse a un Estado del bienestar más generoso y que no realizan actividad económica alguna.
El caso interpreta la legislación europea que existe desde 2004 para equilibrar la libertad de movimiento con el respeto a los contratos sociales de cada país. De este modo, ofrece una argumentación para limitar el turismo de prestaciones sin recurrir a las cuotas, ilegales en Derecho de la UE, pero reclamadas por los nacionalistas ingleses del UKIP y ahora también por el alcalde de Londres Boris Johnson, dispuesto a arrebatar a Cameron el liderazgo conservador a partir de mayo. Estos dos asuntos, fiscalidad e inmigración, ponen de manifiesto que el mercado sigue siendo el gran proyecto europeo. El crecimiento y la prosperidad futura no vendrán de la moneda, sino de mejorar las reglas del mercado interior y hacer reformas para ser más competitivos. En áreas como la energía, los servicios, la economía digital o el comercio con terceros queda mucho por hacer. La ventaja añadida no son solo los resultados económicos potenciales, sino que este es el proyecto que mayor consenso político genera entre los 28 Estados miembros.