Cándido Conde-Pumpido tomó posesión del cargo de Fiscal General en un acto celebrado en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo, bajo la presidencia del máximo representante del alto tribunal, Francisco José Hernando, y con asistencia de la vicepresidenta Primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y de los ministros de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, y de Interior, José Antonio Alonso.
La ausencia más significativa fue la del predecesor en el cargo de Cándido Conde-Pumpido, Jesús Cardenal, quien tras su cese no retoma ninguna actividad en la Fiscalía ya que tiene cumplida la edad de jubilación.
En una breve declaración institucional Cándido Conde-Pumpido señaló que la prioridad de su mandato, pese a que le preocupan todos los delitos, es la erradicación de la violencia.
En este sentido, la preocupación esencial será la lucha contra la violencia terrorista y anunció que reforzará el área del Ministerio Fiscal que se ocupa del fundamentalismo islámico.
El nuevo Fiscal General destacó como segundo objetivo la lucha contra la violencia de género, cuyo origen situó en la desigualdad. Por ello, considera que la erradicación de esta lacra está ligada a conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres, mediante educación, prevención y sensibilización social.
Como tercera prioridad, Cándido Conde-Pumpido incluyó los delitos contra la seguridad en el trabajo, tras recordar que España es uno de los países europeos con un índice más elevado de siniestralidad laboral.
En cuanto a los principios, el nuevo Fiscal General destacó que su actuación estará guiada por la imparcialidad, la objetividad y la independencia, de acuerdo a lo que marca la Constitución.