BARCELONA, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
En una sentencia recogida por Europa Press, la Sección 22 de Audiencia concluye que las obras que vendió Ángel Jorge A. no son copias de otras originales de un pintor conocido --sino que llevan firma falsa--, por lo que descarta que haya cometido un delito contra la propiedad intelectual.
Eso sí, el tribunal considera que por la vía civil y no por la penal la conducta del acusado podría llegar a sancionarse por lesionar la imagen de los autores al poner en circulación obras que no son suyas como si lo fueran, además de confirmar su escasa calidad y "carentes de toda originalidad y de ocurrencia de genio o talento".
También lo ha absuelto del delito de estafa al concluir que los que compraron estas obras se dedican al mercado del arte, y las compran y venden sin pedir certificados que avalen la autenticidad, con lo que "asumieron el riesgo de que tales obras fueran originales, o bien eran conscientes de que no lo eran y participaban de ese mercado secundario de obras".
La Audiencia también ha absuelto de estafa al otro acusado en el caso, Sergio C., que defendió en juicio que trabajaba para Ángel Jorge A. siguiendo sus instrucciones y únicamente se encargaba de la entrega de la mercancía.
SE ENFRENTABA A CUATRO AÑOS DE CÁRCEL
La Fiscalía pedía cuatro años de cárcel para Ángel Jorge A. --dos años de cárcel por un delito contra la propiedad intelectual y dos por estafa-- y dos para Sergio C. por estafa.
Ángel Jorge A. vendió durante 2013 más de 50 obras con la firma de distintos autores reconocidos y, en un registro en su casa, se localizaron diversas con las supuestas signaturas de Tàpies, Llorens Artigas, Josep Guinovart, Antoni Clavé, Julio González y August Puig, entre otras, de las que ninguna son creación del autor cuyo nombre aparece en las mismas.