¿DE QUIÉN SON LOS DATOS?
José María Álvarez Pallete ha anunciado que Telefónica trabaja en una cuarta plataforma para que sus clientes puedan conocer y gestionar los datos que sobre ellos tienen las empresas de Internet. Este movimiento se ha interpretado como una batalla más en la guerra entre las telecos y las Over The Top (OTT). Las telecos no pueden vender a las OTT los datos de sus usuarios y quieren que lo hagan ellos mismos.
Al mismo tiempo, parece ser la respuesta al movimiento que hizo Google de encriptar el tráfico de datos cuando un usuario usaba alguno de sus productos, de tal forma que las operadoras no podían ver qué hacían. Aún no ha explicado Telefónica cómo lo va a hacer, porque una teleco conoce algunos datos, pero hay otros que los usuarios entregan directamente a empresas por servicios gratuitos. Sobre los datos que sí conoce de otras empresas, puede haber dudas de si pueden comunicárselos a los usuarios, o está obligado al deber de secreto del artículo 10 de la Ley Orgánica de Protección de Datos. Pero la mayor duda es: ¿para qué necesita un usuario que Telefónica desarrolle una plataforma con la que poder saber los datos que tiene Google, cuando resulta que Google se lo dice en el apartado Mi Actividad?
Aunque habrá que ver el interfaz de dicha plataforma, no veo yo al usuario medio gestionando y explotando económicamente sus datos, porque, hoy por hoy, está de acuerdo en cederlos a cambio de dichos servicios. Lo que sí veo es que aparezcan intermediarios profesionales que se dediquen a este nuevo negocio (ya hay algunos). Pero lo que más me ha interesado de este anuncio es el debate de fondo, sobre la propiedad de los datos. El presidente de Telefónica decía que va a poner esos datos en manos de sus dueños, a quienes se les ha expropiado, para que ellos decidan qué hacer y cómo rentabilizarlos qué es justo y no es justo. Muy en nuestra línea tradicional de entender la Justicia, como dar a cada uno lo suyo.
¿Qué significa que un dato es tuyo? ¿Qué te pertenece, como una propiedad, o que te afecta, aunque no te pertenezca? Puede haber datos que no son tuyos, en el sentido de propiedad, pero que te afectan (a tu honor, intimidad o propia imagen) y, por lo tanto, tienes derecho a que no se traten ni exploten sin tu autorización: por ejemplo, la reputación on line, o el perfil de navegación, o la huella digital. El caso más claro es el de las fotografías que se suben a las redes sociales, cuya propiedad (material e intelectual) puede ser de una persona (normalmente de quien ha hecho la foto), pero todos los que aparecen en ella tienen también un derecho sobre ella (a la propia imagen) y, por tanto, el propietario de la foto tiene que contar con su autorización para subirla. Sobre una cosa pueden confluir varios derechos.
Sobre los datos también pueden confluir diferentes derechos. El Reglamento europeo de Protección de Datos distingue entre el titular de los datos y los afectados y los interesados en ellos: personas, empresas o la sociedad en su conjunto, que necesita ciertos datos para identificar a las personas y poder convivir.
Aunque a algunos pueda chocar esta afirmación, hay datos personales privados, y públicos, que no se refieren a nuestra intimidad sino a la esfera pública y, sobre éstos existe un cierto condominio entre el titular y la sociedad, y un dominio público de datos, o datos de dominio público.