MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
En su escrito de conclusiones provisionales, la fiscal Dolores Delgado señala que a lo largo de 2013 y hasta su detención un año después, Said Mohamed lideraba no sólo ideológicamente, sino también representando el referente autoritario y operativo al citado grupo de carácter yihadista, que se había establecido entre la ciudad marroquí de Farkhana y Melilla.
Según la fiscal, el procesado había jurado lealtad al DAESH e incorporado su ideario a la célula, "estando a favor de sus acciones armadas, así como de la instauración por la fuerza del denominado 'Califato Islámico' en amplias zonas de Siria e Irak, donde ya habían partido dos de los integrantes del grupo.
ENTRENAMIENTOS FÍSICOS NOCTURNOS
Said Mohamed, según la investigación, se dedicaba al adoctrinamiento constante y a preparar y entrenar de manera intensiva a los miembros del grupo, compuesto principalmente por marroquíes, a través de visionados de vídeos sobre los éxitos de las milicias del DAESH, así como con entrenamientos físicos nocturnos. También capacitaba física y técnicamente a otras personas para unirse al DAESH en el territorio que controla en los países de Oriente Medio.
En los registros efectuados se incautados de múltiples CD con discursos religiosos acerca del uso del 'hijab' y algunas suras del Corán, así como sobre entrenamientos físicos de defensa personal como boxeo, puño americano y cables de alta tensión.
En Marruecos se siguen diligencias judiciales contra los ocho integrantes de esta célula, habiéndose realizado registros durante las mismas en las que fueron encontrados vídeos y discursos sobre DAESH, su historia y evolución, motivación y justificación de la 'yihad' global y la instauración del 'Califato'.
Este material era utilizado para ayudar a los desplazados a familiarizarse con el entorno bélico en el que se iban a encontrar, "así como a animarles y reforzar su interés en desplazarse a las regiones sirio-iraquíes controlada por el Estado Islámico".
Los hechos, según la Fiscalía, son constitutivos de un delito de integración en organización terrorista o alternativamente de colaboración, caso para el que, de considerarse, la pena requerida sería de 9 años en vez de 10, a lo que habría que sumar la imposición de una multa de 6.000 euros. También se pide estudiar si la tenencia del puño americano y cables de alta tensión puede ser constitutiva de multa por infracción del reglamento de armas.
