MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -
Los hechos se remonta a verano de 2012 cuando el condenado asfixió con su almohada a la fallecida durante un partido de la selección española.
En una sentencia, la Sala de lo Civil y Penal del TSJM confirma el fallo de la Audiencia Provincial y al que a su vez un jurado popular había declarado culpable de la muerte de su madre, esposa de un notario. Contra el fallo cabe recurso ante el Tribunal Supremo.
La Sala Civil y Penal ha desestimado así el recurso de apelación interpuesto por el reo y ha considerado probado lo que ya manifestaba la sentencia, que el condenado fue el autor de la agresión que produjo la muerte de la víctima a consecuencia de un traumatismo producido con un objeto contundente en la región temporal-izquierda y el posterior proceso de asfixia por presión con una almohada, un cojín y las propias manos.
Los magistrados, que han confirmado la agravante de parentesco impuesta por la Audiencia Provincial, han rechazado las tres razones que aducía la defensa del condenado en su recurso ante la Sala y consideran que no hay motivos para celebrar un nuevo juicio o decretar la libre absolución del condenado, ya que no hubo defecto en la proposición del veredicto, no se vulneró el precepto constitucional a un proceso público con todas las garantías ni se vulneró tampoco el derecho fundamental a la presunción de inocencia.
En su día, los miembros del Tribunal del Jurado establecieron como hechos probados que sobre las 23 horas del 1 de julio de 2012, la fallecida estaba en su dormitorio cuando fue "objeto de una agresión por parte de terceras personas".
Como consecuencia "sufrió uno o dos traumatismos con un objeto contundente". Una de las heridas le originó abundante sangrado y "fue objeto de presión fuerte sobre boca y nariz con almohada, cojín y manos para conseguir su sofocación e impedir que respirara", lo que le produjo la muerte.
El Tribunal del Jurado también consideró probado que el autor de la agresión fue su propio hijo y, sin embargo, rechazó la hipótesis defendida por el acusado, que aseguraba que "personas extrañas" habían asaltado la vivienda.
