REFLEXIONES DE VERANO EN TORNO A LOS INCENDIOS FORESTALES
El autor entiende que la dificultad para perseguir estos delitos, reside en la casi imposibilidad de descubrir al autor del incendio, ya que resulta prácticamente imposible descubrir al autor del incendio con la cerilla en la mano, ante la ausencia de prueba directa, nos vemos obligados a buscar lo que en Derecho Procesal se denomina prueba indiciaria, hay que buscar una pluralidad de indicios y a partir de ahí, intentar reconstruir los hechos e identificar al autor.
Según Antonio Vercher Noguer, otra de las claves que dificulta la actuación de la Justicia en este ámbito es la actitud de los españoles, reclamando que los ciudadanos reaccionen ante los atentados ambientales como reaccionan ante los delitos contra la propiedad, o contra la libertad sexual, ya que entiende que el ciudadano, con su colaboración, es una pieza clave dentro de la investigación.
Del mismo modo el autor entiende que los ciudadanos han de asumir que todos somos autores de los desastres forestales, ya que en el 90% de los casos, los incendios forestales están provocados por la manos del hombre.
El autor sostiene que tanto las autoridades autonómicas como locales deberían actuar y seguir una política de tolerancia cero respecto de las irregularidades en materia de urbanismo, ordenación del territorio, residuos vertederos etcétera, que tienen incidencia directa en la producción de incendios.
En opinión de Antonio Vercher Noguer, la decisión de que unidades del ejercito empezaran a patrullar los bosques gallegos, ha de ser una iniciativa que debería institucionalizarse y aplicarse a todo el país, porque el hecho de que el Ejercito vigilara el monte en periodos de peligro de incendio constituiría un importante factor disuasorio para el desaprensivo ambiental.
Entendiendo por último, que esta sería una manera de poner en marcha una iniciativa de concienciación ecológica a todo un importante colectivo.