EL DERECHO A LA INFORMACIÓN: A FAVOR DE LA LIBERTAD DE PRENSA
Javier Rojo se plantea en este artículo si es la prensa capaz de mostrar la realidad a los ciudadanos en los países donde existe libertad de información. En su opinión, si algunos de los que interpretan los hechos en los medios de comunicación españoles actúan en ocasiones con poca responsabilidad, sucede con frecuencia lo contrario entre los informadores que se ocupan de la noticia pura y dura, cuyas inseguras condiciones de trabajo hacen necesaria la aprobación del Estatuto de la Profesión Periodística.
Según el autor, el acceso a las fuentes de los periodistas, el reconocimiento y protección de los derechos constitucionales a la cláusula de conciencia, la reserva de las fuentes de información cuando sea necesario y adecuado, la propiedad intelectual sobre las noticias, la creación de comités de redacción y otros derechos profesionales que deben acompañar a los laborales, son garantías para los periodistas, para el ejercicio del derecho a la información y para las libertades políticas de España.
En este sentido, el Tribunal Constitucional ha sentenciado que sin un auténtico desarrollo del derecho a la información de los votantes quedarían vacías de legitimidad democrática las instituciones representativas.
También cita Javier Rojo en su artículo la necesidad de crear un Consejo Deontológico para la autorregulación de los periodistas españoles. En su opinión, la publicidad de los principios éticos en los que se inspiraría dicho Consejo sería una garantía para superar algunos de los riesgos que se alzan ante la profesión del periodismo.
Para el Presidente del Senado, la concentración de la propiedad empresarial sobre los medios de comunicación de masas debe ser limitada por el Estado, no sólo dentro de la legítima vigilancia contra el oligopolio económico, sino también porque el pluralismo es una exigencia del sistema de libertades políticas.
Así, Javier Rojo termina su artículo, afirmando que de la resistencia de la profesión periodística y la opinión pública a las manipulaciones, depende nuestro sistema político, porque la prensa es un pilar de la democracia y, con todos sus riesgos y limitaciones, es el mejor de los sistemas posibles.