Gerhard Schröder fue el primero en referirse a esta cuestión al indicar que Alemania y España tienen la “intención común” de ayudar a la presidencia italiana de la Unión Europea a lograr que la Conferencia Intergubernamental finalice sus trabajos en diciembre.
El canciller alemán insistió en que apoya la propuesta de la Convención europea de que las decisiones tengan que aprobarse por mayoría de Estados miembros y el 60 por ciento de la población, ya que considera “legítimo” que exista igualdad entre los países a la hora de tomar decisiones en la Unión Europea, aunque permitiendo que el factor de la población tenga “influencia y efecto”.
Por su parte, José María Aznar confirmó que existen una serie de “divergencias constitucionales”. Así, el presidente del Gobierno prefiere el mantenimiento del consenso del Tratado de Niza para la ponderación de votos.
La defensa europea fue el segundo punto de los debates sobre la futura Constitución Europea al que aludieron José María Aznar y Gerhard Schröder. El presidente del Gobierno afirmó que la Unión Europea debe asumir más responsabilidades en el terreno defensivo con un incremento de sus capacidades militares.