En este trabajo se pretende demostrar la relación entre el formalismo jurídico, el funcionalismo sociológico y el normativismo de Jakobs. Se trata de concepciones tan formalizadas que no pueden -ni quieren- resolver los conflictos políticos que se forjan en el interior del sistema jurídico. Ello da lugar a una evidente incongruencia, pues, mientras el derecho es el terreno en el que se suscitan los conflictos de poder, la ideología que lo sostiene le obliga a ignorar su esencia.
En suma, la teoría de Jakobs, continuadora de la tesis kelseniana de la validez y de la teoría sistémica de la autosuficiencia del ordenamiento, lleva hasta las últimas consecuencias, en el ámbito penal, lo que el individualismo liberal realiza sobre el plano filosófico, político y económico.