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Mujer y deporte en el Mundo Antiguo. (RI §418937)  

- Gema Vallejo Pérez

MUJER Y DEPORTE EN EL MUNDO ANTIGUO

Por

GEMA VALLEJO PÉREZ

Profesora Asociada de Derecho romano

Universidad de León

[email protected]

Revista General de Derecho Romano 28 (2017)

RESUMEN: Las vivencias y los problemas que se producían en la antigüedad grecorromana que relacionan a la mujer con el deporte no difieren tanto de los que encontramos en la actualidad. La negación del acceso a la educación física, la prohibición de competir, los prejuicios sociales o el nulo reconocimiento profesional como deportistas fueron el caballo de batalla para las féminas desde la antigüedad hasta nuestros días.

PALABRAS CLAVE: DERECHO ROMANO, MUJER, DEPORTE, JUEGOS OLIMPICOS DE LA ANTIGÜEDAD.

SUMARIO: I.- GRECIA, DE LA RELIGIÓN A LA COMPETICIÓN. II.- DEPORTE Y ESPECTÁCULO EN ROMA. III.-LA NATACIÓN, LAS TERMAS Y LOS BAÑOS. IV.- LA VILLA ROMANA DE CASALE. V.- LA DECLARACIÓN DE BRIGHTON SOBRE LA MUJER Y EL DEPORTE. VI.- LA RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO DE 5 DE JUNIO DE 2003, MUJERES Y DEPORTE. VII.- CONCLUSIÓN. VIII-BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.

ABSTRACT: The experiences and problems that experienced women in Greco-Roman antiquity related to sport practice do not differ much from today's. The denial of access to physical education, the ban to compite, the social prejudice or the not profesional recognizition as professional athletes were the key points from antiquity to the present day.

KEYWORDS: Roman Law, women, Roman women, sport, Ancient Olimpic Games.

I. GRECIA, DE LA RELIGIÓN A LA COMPETICIÓN

El papel deportivo que desempeñó la mujer en el Mundo Antiguo fue sin duda muy diferente al protagonizado por el hombre. Como señala el profesor Antonio Fernández de Buján, en la sociedad romana, la mujer padeció limitaciones que obedecían a razones culturales o sociales derivadas de la concepción patriarcalista de la familia, que progresivamente se fueron atenuando(1).

En Grecia, la mujer tenía prohibido no sólo participar en los Juegos Olímpicos, sino también su asistencia a los mismos(2). Además, las leyes, no solo impedían a las mujeres el referido acceso y participación en los Juegos, sino que incluso vetaban su presencia en las inmediaciones de los estadios durante la celebración de las competiciones, ya que los atletas competían desnudos. Si las mujeres desobedecían se reprobaban duramente tales conductas, ya que las condenadas eran castigadas con la pena de muerte, debiendo ser arrojadas por el acantilado del monte Tipeo(3), si bien no hay constancia de la aplicación del previsto castigo(4).

La única presencia femenina permitida en los Juegos era la de la sacerdotisa Deméter Cármine(5), que vestida con una túnica blanca, ocupaba un lugar dispuesto en el lado opuesto del estadio al ocupado por los jueces(6).

Con todo, resulta innegable la presencia de las mujeres de la antigüedad clásica en torno al mundo del deporte, por lo que intentaremos a lo largo de estas líneas poner de manifiesto testimonios de actividades femeninas deportivas, así como de las implicaciones sociales y culturales que han permanecido desde entonces hasta nuestros días.

Si nos referimos a la civilización helena hemos de acudir obligatoriamente a su mitología que recoge las leyendas y los mitos relacionados con sus dioses y con sus héroes(7). Muchas veces, estos relatos, son el reflejo de las costumbres y de la historia más cotidiana de la civilización griega.

Homero, en el canto VI de la Odisea(8), narra el encuentro entre Ulises y Nausícaa y en sus versos describe a mujeres desarrollando actividades deportivas, concretamente encontramos a Nausícaa(9) jugando a la pelota con las esclavas y conduciendo su propio carro de mulas:

“Era un día de pleno de sol y decidieron jugar a la pelota. Se dispusieron en rueda y con habilidad se la pasaban de mano en mano”.

La ninfa Cirene se enfrentó sin armas a un león y lo dominó después de luchar con él, consiguiendo con tal hazaña enamorar al mismo Apolo(10) y Atalanta venció a Peleo en la prueba de lucha en los Juegos Fúnebres en honor de Pelias(11). La misma Atalanta desafiaba a los hombres que pretendieran casarse con ella a una carrera. Si el hombre resultaba vencedor se desposaría con ella, pero por el contrario, si perdía ella misma lo mataría(12). Aunque se puede pensar que son actividades relacionadas con la masculinidad, producto de un desafío, no dejan de manifestar importantes cualidades atléticas en sus protagonistas.

Con todo, para encontrar las primeras muestras de participación deportiva de la mujer en el mundo occidental nos debemos remontar al segundo milenio a. C. en la Isla de Creta. La cultura minoica es el origen del deporte griego y es en su período medio donde encontramos, en diversas manifestaciones artísticas de las fuentes arqueológicas de los palacios de Cnosos, Festos y Hagia Triada, a mujeres participando en carreras de carros, corriendo, o luchando.

Por supuesto se ha de mencionar el “salto del toro” representado en pinturas, relieves, bronces, sellos, vasos, terracotas, anillos, etc. lo que significa que esta iconografía era muy utilizada en todo tipo de manifestaciones artísticas

Algunos autores defienden que las figuras humanas de color blanco que aparecen en los frescos cretenses son femeninas(13), aunque no existe unanimidad en la doctrina con respecto a esta cuestión.

Por otro lado, debemos determinar el carácter de dichos saltos. Por un lado, para algunos autores podría tratarse de un espectáculo profano si los participantes fueran saltadores y saltadoras profesionales, mientras que para otros su origen sería algún tipo de culto(14). Posiblemente, si el espectáculo terminaba con la muerte del toro derramando su sangre, estos rituales tendrían que ver con la fertilidad o con el nacimiento de un nuevo año o de un nuevo período vital para los cretenses. El símbolo del toro como máximo representante de la fertilidad ha sido destacado constantemente como para obviar la posible relación del salto femenino con la intención de cumplir un rito de fertilidad y fecundidad(15). Pero en los últimos años estudiosos como Willetts, Arrigoni, Koch, Marinatos y otros, plantean tesis que apuntan hacia la idea de que los saltos serían ceremonias de iniciación donde hombres y mujeres alcanzarían la edad adulta. Pero, esta idea podría coexistir con la tesis de que se celebrara también como una manifestación deportiva, ya que existía competición y no solamente considerar los saltos del toro como una mera exhibición dentro de un ritual religioso(16).

Por último, señalar que no se sabe la periodicidad con la que se efectuaban estos eventos ni el lugar concreto de su realización, aunque se supone que se celebraban en espacios cerrados por elementos arquitectónicos que contenían graderíos. Se señalan los patios de importantes edificaciones, pero el pavimento de los mismos no era el más adecuado para poder efectuar los saltos con seguridad. Seguramente se celebrarían en alguna instalación pública con el suelo de arena o tierra.

Desde este mismo punto de vista de rito, pero con carácter prenupcial, se pueden citar determinadas carreras celebradas por corredoras femeninas en los alrededores de Esparta(17), y entre éstas, las descritas por Pausanias(18), del que hablaremos más adelante, llamadas Dionisíades en honor al Dios por el que corrían y que pueden representar una manera alegórica de escapar del matrimonio(19).

Volviendo a los juegos Olímpicos y al hecho de que las mujeres no podían participar en los citados eventos, la Princesa Kyniska de Esparta aparece como campeona olímpica en la nonagésima sexta y en la nonagésima séptima Olimpiada (96ª y 97ª 396 a.C. y 392 a.C. respectivamente). En las pruebas ecuestres no se nombraba vencedor al jinete o al caballo sino al dueño o dueña del caballo, y la princesa, como propietaria de caballos que era, ganó la carrera de cuadrigas de ambas ediciones olímpicas y se convirtió en la primera mujer vencedora de una prueba en los Juegos de la antigua Grecia(20), a pesar de su ausencia en el transcurso de dichos juegos por su condición de mujer, lo que da como resultado una victoria un tanto contradictoria.

Por otro lado, es importante señalar que existían competiciones deportivas femeninas que podrían considerarse, por algunos autores, paralelas o similares a los Juegos Olímpicos. En el mes de septiembre y después de la celebración de los citados Juegos se celebraba un concurso deportivo en Argos, en honor de la diosa Hera, los Juegos Hereos. Principalmente se trataba de una carrera a pie, de aproximadamente 190 metros de distancia que se correspondía con una sexta parte del estadio olímpico. En el siglo II de nuestra era, Pausianas(21), geógrafo y escritor griego, en su obra “Periégesis de Grecia”, describe un viaje en el que visitó Atenas, Olimpia y Delfos. En esta obra narra noticias mitológicas, históricas, y geográficas y entre todas ellas habla y describe los Juegos Hereos. Las competidoras corrían con el pelo suelto, vistiendo una túnica que les llegaba un poco por encima de la rodilla y enseñando el hombro derecho hasta el pecho. De acuerdo con el relato de Pausanias, podemos conocer más detenidamente el contenido de esta carrera(22):

“Cada cuatro años tejen a Hera un peplo las dieciséis mujeres y ellas mismas convocan una competición, los Juegos Hereos. La competición consiste en una carrera para muchachas, no todas de la misma edad, sino que corren las primeras las más jóvenes y después de ellas las segundas en edad y las últimas las muchachas que son mayores… A las vencedoras les conceden coronas de olivo y parte de la vaca sacrificada a Hera…”

Cuando se comentó que existía un paralelismo entre estas carreras en honor a Hera y los Juegos Olímpicos se hizo con la constatación de diversos aspectos comunes descritos por Pausanias tales como su celebración cada cuatro años, el estadio como mismo lugar de competición, su agrupación por edades a la hora de competir, el premio consistente en una corona de olivo y que las vencedoras tenían derecho a erigir en el santuario una estatua conmemorativa de su triunfo(23).

A mayor abundamiento, podemos siquiera hacer una referencia al papel de la mujer como madre del atleta y como persona cercana que seguramente influiría en su preparación y en su motivación a la hora de competir. De hecho, el propio Pausanias(24) nos cuenta que una mujer, Ferenice de Rodas, se vistió de entrenador para acudir a los Juegos y cuando su hijo Pisírrodo ganó la carrera saltó a la arena para felicitarle. En un descuido se abrió su túnica y descubrieron que era una mujer. Los jueces se reunieron y decidieron indultarla de la pena de muerte por pertenecer a una familia de campeones olímpicos, ya que su padre era el famoso atleta Diágoras de Rodas.

En Esparta la educación estaba en manos del Estado y era obligatoria para todos los hijos de los ciudadanos y las niñas eran incluidas a todos los efectos en este sistema educativo(25). Se consideraba que la educación física era fundamental para la supervivencia y se atribuye a Licurgo, como legislador, el proporcionar a las mujeres espartanas de unas normas sobre la ejercitación física.

Estas reglas no sólo tenían como objetivo el nacimiento de hijos sanos sino que proporcionaban la salud y la fortaleza de las mujeres en aras de servir mejor a la sociedad. De esta forma de pensar participa Plutarco(26), quién afirma en su obra Vida de Licurgo que éste “hizo que las jóvenes ejercitaran su cuerpo en la carrera, la lucha y el lanzamiento de disco y jabalina, pensando que, si el enraizamiento de los embriones se produce en la sólida base de un cuerpo robusto, su desarrollo será mejor, y que sus propias madres, si se enfrentaban a los partos en buena forma física, combatirán bien y con facilidad los dolores”.

Con todo, la situación en Atenas era radicalmente distinta de lo que sucedía, como hemos visto anteriormente, en Esparta. En esta Ciudad-Estado la educación era competencia de los padres y éstos decidían qué asignaturas cursaban sus hijos. Además, las tres etapas en las que se dividía la educación dejaban en último lugar a la educación física que quedaba reservada a las clases más pudientes(27).

La información acerca de la educación de las jóvenes atenienses es muy escasa y nada se sabe de su formación en general ni por supuesto de su educación física y deportiva, que se consideraba una parte nimia en la formación.

A pesar de esa débil percepción de la formación física como pilar para el progreso de una sociedad, es cierto que existen testimonios que se refieren a la educación física, como vamos a ver a continuación, pero sin concederle excesivo protagonismo dentro del período educacional reservado a las artes físicas, considerándolo más bien una disciplina deportiva complementaria a la formación de la juventud ateniense.

Platón(28) se refiere a ello al afirmar: “es necesario que los jóvenes reciban una escrupulosa educación física desde niños y sigan ejercitándose a lo largo de su vida y en su obra Leyes(29), determina detalles sobre las disciplinas en las que deben ejercitarse las mujeres; “en el caso de las mujeres, las niñas que hayan alcanzado la pubertad correrán desnudas el estadio, el doble estadio, la carrera de medio fondo y la carrera de fondo. Las niñas que hayan cumplido los trece años continuarán participando hasta su boda, no más allá de los veinte años ni antes de los dieciocho; estas deberán bajar a competir en esas carreras con la vestimenta adecuada…”

Para Aristóteles, la educación es la base de la sociedad, que debe estar regulada por el Estado, tal y como manifiesta en su obra Política, y piensa que la educación física debe formar parte de las enseñanzas de niños y jóvenes(30):

“Y puesto que es manifiesto que la educación debe hacerse antes por los hábitos que por la razón, y antes debe educarse el cuerpo que la mente, resulta evidente que los niños deben ser puestos en manos del maestro de gimnasia y del entrenador deportivo, que les harán adquirir cierta disposición física y cierta destreza en sus acciones, respectivamente”.

II. DEPORTE Y ESPECTÁCULO EN ROMA

Sirva todo lo dicho sobre el deporte y los Juegos en Grecia para explicar lo que acontece después en Roma. Como nexo de unión se ha de decir que los Juegos alcanzaron su máximo esplendor en la época de Pericles y que a partir de ese momento empezó su decadencia que se continuaría hasta que fueron abolidos por el emperador Teodosio en el 392 de nuestra era. Evidentemente durante la dominación romana pervivieron con la cultura existente pero su profesionalización y su conversión en espectáculo los llevaron a la degeneración de la esencia del deporte que practicaban los griegos.

La mezcla de hombres y mujeres en los circos y en los teatros romanos permitía que los espectadores mantuvieran conductas relacionadas con el adulterio y propiciaban la promiscuidad en las gradas(31). El emperador Augusto prohibió la presencia de las mujeres como espectadoras en los juegos porque los atletas competían desnudos mientras que la entrada les estaba permitida a los espectáculos de gladiadores(32). En estas funciones las mujeres ocupaban los asientos superiores y no se mezclaban con los hombres y, aunque el objetivo buscado era el de convertir estos edificios públicos dedicados al espectáculo en un reflejo de la jerarquía social, también se mostraban normas para corregir ciertos tipos de conductas sociales.

Más avanzado el siglo I, se encontraban en auge los espectáculos circenses y en el circo los hombres y las mujeres ocupaban los mismos lugares en el graderío como espectadores(33). Esta prueba de emancipación de la mujer se manifiesta también con participaciones en los citados espectáculos donde competían como púgiles y como corredoras. Pero estas actividades no gozaban de la aprobación de los hombres, y los consideraban inapropiados a su naturaleza femenina. Como escribía Juvenal, y cito textualmente: “¿Qué pudor puede mostrar una mujer con yelmo, una que reniega de su sexo? Ama la fuerza… ¡Qué papelón, si hay que subastar los bienes de la esposa: un talabarte y guanteletes y penachos y una media protectora para la pierna izquierda! O si practica otro tipo de combates, ¡afortunado tú cuando tu amiguita venda sus grebas!... Fíjate con qué resuellos asesta los golpes aprendidos y cómo se inclina al peso exagerado de su yelmo…”(34).

A finales del siglo I y principios del siglo II, parece existir, por parte de poetas como Marcial, cierta sátira hacia mujeres que mostraban conductas parecidas a las de los hombres en relación con la práctica deportiva. El poeta(35), describe a Filénide jugando a la pelota con pasión, revolcándose en la arena de la palestra, levantando pesas, recibiendo masajes o bebiendo vino y comiendo alimentos propios de los atletas. Según el profesor García Romero: “la tal Filénide es presentada por Marcial como una lesbiana obsesa por el sexo(36)”.

Para terminar con estas pocas ideas sobre el espectáculo y el deporte en Roma relacionados con la mujer, se debe señalar también, que existieron, hasta el año 200, mujeres gladiadoras(37), las llamadas gladiatrices, cuyas evidencias literarias hemos puesto de manifiesto, presentes en representaciones escultóricas que confirman su existencia(38), pero este tema debe ser objeto de un estudio más específico.

III. LA NATACIÓN, LAS TERMAS Y LOS BAÑOS

Que la mujer romana nadaba se prueba con relatos como el de Clelia. Clelia estaba entre los rehenes que los romanos enviaron a Porsena para asegurar la paz con los etruscos. La joven, aprovechando que el campamento se encontraba instalado a orillas del Tiber, lideró a un grupo de muchachas en una huída que las llevaría a cruzar el río nadando(39), bajo las flechas de sus captores, llegando sanas y salvas hasta Roma.

Esta especialidad deportiva estaba muy arraigada en la cultura romana y se encuentran innumerables bajorrelieves, frescos, vasos y en la decoración de las termas con representaciones de personas nadando en el mar, en el río o en piscinas.

Aunque no estaba bien visto, por algunos sectores de la sociedad romana, que las mujeres acudieran a los baños públicos, es un hecho constatado que tanto los hombres como las mujeres acudían a las termas en época imperial. Esto formaba parte de un uso social que implicaba no sólo el cuidado corporal sino la práctica de ejercicios físicos para fortalecer el cuerpo.

Se describen, como actividades complementarias, comportamientos deportivos tales como los obligados precalentamientos antes de iniciar los ejercicios natatorios. Todos los que acudían a las Termas, tanto hombres como mujeres, (40), de toda edad y condición, practicaban ejercicios y juegos en los alrededores de las citadas instalaciones. Estos ejercicios formaban parte del ritual asociado al baño que luego se desarrollaría en el interior de las termas(41).

Está documentado que antes de disfrutar del baño las mujeres hacían un calentamiento jugando a la pelota, lo que les permitía preparar el cuerpo para el posterior esfuerzo físico. También algunas mujeres acudían a realizar gimnasia médica acudiendo a los especialistas de la época en esta materia que prestaban sus servicios en las instalaciones termales(42).

IV. LA VILLA ROMANA DE CASALE

La Villa Romana de Casale(43), situada a pocos kilómetros de la Piazza Armerina(44) en Sicilia (siglo IV), era una residencia para destacados miembros de la aristocracia senatorial, posiblemente perteneciente al gobernador de la región. Los restos se redescubrieron en el siglo XIX y posteriormente en el siglo XX y llevaban en el olvido desde el año 1200 cuando se produjo una avalancha de lodo y barro sobre los mismos.

Pero estos barros, acumulados durante siglos sobre las ruinas, permitieron la conservación de los mosaicos que cubrían los solados de las dependencias de la villa y fueron los culpables de que aparecieran prácticamente intactos muchos años después.

En un largo pasillo de la villa, de unos 60 metros de longitud, aparecen representados cazadores romanos en África capturando leones, elefantes, rinocerontes y tigres y cargándolos en barcos para llevarlos a los espectáculos del Coliseo(45). En otras dependencias, como los dormitorios, se muestran mosaicos con escenas mitológicas, mientras monstruos marinos adornan los suelos de los baños.

Pero una de las estancias, la que probablemente fue utilizada como gimnasio, está cubierta con mosaicos que representan a jóvenes mujeres practicando diversos deportes, recibiendo coronas de laurel como premios en las competiciones o simplemente entrenando. Estas imágenes se conocieron como las “Las jóvenes del bikini”, tanto en los rótulos del museo como en las guías de viaje, debido a que cuando se redescubrieron en 1950 las integraron en un contexto que tenía más que ver con la belleza que con el deporte. No se habían descubierto hasta la fecha representaciones con mujeres levantando pesas o llevando sujetadores deportivos. Debido a los comentarios producidos en los años siguientes se cambió el texto del rótulo del museo por el de “Las jóvenes deportistas”.

En estos mosaicos, las muchachas lanzan el disco, saltan longitud y corren. Algunos autores, como Hugh M. Lee(46), han sugerido la hipótesis de que se trate de la representación iconográfica de un pentatlón femenino. En este caso el juego de pelota habría sustituido la prueba de lucha, quizá por considerarla violenta. En cuanto a la quinta disciplina, el lanzamiento de jabalina, podría haber estado representada en el mosaico perdido a la izquierda de la saltadora de longitud. Además, el hecho de que aparezca una juez-árbitro con la palma y la corona de la victoria parece indicar que estamos contemplando una competición deportiva, aunque nada puede decirse sobre el contexto en el que tenía lugar(47).

La Villa Romana de Casale fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en el año 1977.

Un año después la propia Unesco determinó en la Carta Internacional de la Educación Física de 21 de noviembre de 1978, artículo primero lo siguiente:

Todo ser humano tiene el derecho fundamental de acceder a la educación física y al deporte, que son indispensables para el pleno desarrollo de su personalidad. El derecho a desarrollar las facultades físicas, intelectuales y morales por medio de la educación física y el deporte deberá garantizarse tanto dentro del marco del sistema educativo como en el de los demás aspectos de la vida social.

V. LA DECLARACIÓN DE BRIGHTON SOBRE LA MUJER Y EL DEPORTE

Sirva este salto en el tiempo para acercarnos a la época actual y comentar que muy poco hay que decir sobre el tema del papel de la mujer en el mundo del deporte a partir de la antigüedad grecorromana. Tendremos que esperar prácticamente al siglo XIX para encontrar algunas referencias a la mujer en relación con la actividad física. Personalidades tales como la bailarina Isadora Duncan(48) o la escritora Ellen Key(49), entre otras, comenzaron a ver la necesidad de integrar la educación física en la formación de todas las personas ya que forma también parte del desarrollo mental e intelectual del individuo.

Ya en el siglo XX, y dentro del movimiento del olimpismo moderno, en un primer momento no se consideraba que la presencia femenina en las Olimpiadas fuera adecuada. Así lo manifestó en el año 1912 el barón Pierre de Cubertin, considerado el padre de los Juegos Olímpicos(50):

"Quizás las mujeres se darán cuenta, rápidamente, de que esta tentativa no beneficia a su encanto ni a su salud, sin embargo, lo que sí tiene interés que la esposa participe con amplitud en los placeres deportivos de su marido, incluso que dirija de forma inteligente la educación deportiva de sus hijos. Una Olimpiada femenina sería impracticable, inestética e incorrecta.”

Pero muy lentamente se han ido incluyendo las categorías femeninas en los 28 deportes del programa de competición de los Juegos Olímpicos. Sirva como ejemplo, el caso del atletismo donde una de las pruebas reina, el maratón, no tuvo categoría femenina hasta Los Ángeles 1984, el triple salto hasta Atlanta 1996, el salto con pértiga hasta Sidney 2000 y los 3000 metros obstáculos hasta Pekín 2008.

“La primera conferencia internacional sobre la mujer y el deporte, que reunió a los responsables de las políticas y decisiones del mundo deportivo, a nivel tanto nacional como internacional, tuvo lugar en Brighton, Reino Unido, del 5 al 8 de Mayo de 1994. Fue organizada por el British Sports Council (Consejo Británico del Deporte) con el apoyo del Comité́ Olímpico Internacional”.

Así comienza, con el título “El deporte femenino y el desafío de cambiar” un texto que fue aprobado por los 280 delegados de los 82 países y los representantes de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, comités olímpicos nacionales, federaciones deportivas internacionales y nacionales, e institutos de educación e investigaciones.

El documento “proporciona los principios que han de regir acciones cuya finalidad será incrementar la participación femenina en el deporte a todos niveles, en todas las funciones y en todos los papeles”. Para lograrlo se establece que se seguirá una estrategia internacional que permitirá a las naciones y a las federaciones deportivas compartir programas y modelos que acelerarán el proceso.

Entre todos los principios recogidos se pueden destacar los siguientes(51):

Equidad e igualdad en la sociedad y en el deporte. Se debe lograr la igualdad de oportunidades en la participación en el deporte, ya sea como una actividad de ocio o recreo, para promover la salud, o como competición de alto nivel. Es el derecho de cada mujer, sin hacer distinción por su raza, color, lengua, religión, creencia, orientación sexual, edad, estado matrimonial, invalidez, opinión o afiliación política, origen nacional o social. También debe existir igualdad a la hora de distribuir los recursos económicos y en el reparto de cargos directivos.

Instalaciones. La diversidad y la accesibilidad de las instalaciones influye en la participación femenina en el deporte. El diseño y la dirección de estas instalaciones deportivas han de satisfacer las necesidades específicas de las mujeres dentro de una comunidad, prestando atención particular a la necesidad de guardería infantil y de seguridad.

El deporte escolar y junior. Diversas investigaciones han determinado que las niñas y los niños llegan al deporte por motivos diferentes. Los responsables del mundo del deporte, de la educación, de las actividades de recreo y ocio y de la educación física de los jóvenes deben garantizar la igualdad de oportunidades para desarrollar programas que potencien la condición física y el talento de los mismos.

Desarrollo de la participación. Las personas responsables de la creación de oportunidades y de programas deportivos han de proveer y promover actividades que respondan a las necesidades y ambiciones de las mujeres.

El deporte de alto nivel. Por un lado, los gobiernos y las organizaciones deportivas han de aplicar el principio de igualdad de oportunidades que permitirá a las mujeres alcanzar todo su potencial de participación y desarrollo deportivo. Y por otro, las personas que apoyan a los deportistas profesionales y de élite han de asegurar igualdad en las oportunidades para competir, en los premios, en los incentivos, en el reconocimiento, en el patrocinio, en la promoción, y todas las formas de apoyo.

La dirección en el deporte. Las mujeres están poco representadas en las funciones de dirección y de decisión en todas las organizaciones deportivas y aquellas relacionadas con el deporte. Las personas responsables de estos campos han de desarrollar políticas y programas para crear estructuras que incrementen el número de mujeres en puestos de entrenadores, consejeros, jueces, administradores, y en todos niveles del deporte.

Educación, formación y desarrollo. Las personas responsables de la educación, de la formación y del desarrollo de los entrenadores y de todo personal deportivo han de asegurarse que los procedimientos y las experiencias de enseñanza examinen asuntos relacionados con la equidad entre los sexos y las necesidades de las atletas, reflejen equitativamente el papel de las mujeres en el deporte, y tengan en cuenta las experiencias, los valores y las opiniones de las mujeres en cuanto a la dirección.

Información e investigaciones sobre el deporte. Las personas responsables de la investigación y de la generación de información sobre el deporte han de desarrollar políticas y programas para mejorar el conocimiento y la percepción general de las mujeres y del deporte y garantizar que las normas de investigación se basen sobre datos relativos a ambos sexos.

Recursos. Las personas responsables de la asignación de recursos garantizarán la disposición de medios económicos para apoyar a las deportistas, a los programas femeninos y las medidas determinadas por la Declaración de Brighton.

Cooperación nacional e internacional. Las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han de fomentar la igualdad entre sexos y compartir políticas y programas sobre las mujeres y el deporte con otras organizaciones, a nivel nacional e internacional.

La Declaración de Brighton sigue muy presente y ha dado lugar a la creación del Grupo Internacional sobre la Mujer y el Deporte que ha venido trabajando durante las dos décadas siguientes en la adhesión, por parte de los países y de las organizaciones internacionales, a los principios de la misma, culminando con la Declaración de Brighton más Helsinki 2014 de la Mujer y el Deporte(52).

VI. LA RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO DE 5 DE JUNIO DE 2003, MUJERES Y DEPORTE

Se debe decir que, en nuestro contexto más cercano, el Parlamento Europeo dicto la Resolución de 5 de junio de 2003 sobre las Mujeres y el Deporte(53) (2002/2280 (INI)).

La citada Resolución realiza una revisión de las diferentes cartas, declaraciones, resoluciones, conferencias y otros documentos de compromiso internacional que tratan del tema de la mujer y el deporte, entre los que se destacan, entre otros, la ya comentada Declaración de Brighton, el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, etc.(54).

Considera la Resolución entre otras muchas cuestiones, las siguientes relacionadas con la mujer y el deporte;

Que según la Declaración del Consejo Europeo de Niza de diciembre de 2000, que la Comunidad debe tener en cuenta el carácter específico y las funciones sociales, educativas y culturales del deporte, y que desde la Antigüedad el deporte tiene un valor democrático,

Que el deporte es una de las principales actividades culturales de los europeos. En la Unión Europea casi el 30 % de los hombres, el 16 % de las mujeres, el 63 % de los muchachos y el 37 % de las muchachas entre los 15 y los 24 años declaran que practican regularmente una actividad física o deportiva,

Que el acceso a la práctica deportiva es un derecho, que el deporte constituye un medio de afirmación y realización así como un vector de ciudadanía y solidaridad;

Que la práctica regular del deporte mejora la salud física y psíquica,

Que existe una gran desigualdad al acceso a las prácticas deportivas entre las mujeres y los hombres, pero también entre las propias mujeres según el entorno social y las condiciones de empleo, que pueden limitar el tiempo dedicado al ocio y al deporte.

Que existe una necesidad de una oferta deportiva que se corresponda con las necesidades de la mujer en cada etapa de su vida, especialmente para la embarazada y la joven madre (con consejos para la práctica de deportes adaptados a su situación), así como para los hombres y mujeres de la tercera edad (proponiéndoles actividades deportivas para su salud física y psíquica),

Que el deporte es un espacio de libertad para las muchachas y las mujeres de todas las edades, una vía hacia el éxito y la emancipación así como, en ocasiones, un medio de resistencia a las dificultades sociales y culturales; señala, sin embargo, que la participación de las mujeres y de las muchachas migrantes en el deporte está por debajo de la media,

Que las mujeres, están muy poco representadas entre los deportistas con licencia y en las competiciones oficiales, y que frecuentan poco los lugares deportivos institucionalizados (clubes, asociaciones), y que se dedican principalmente a actividades físicas informales de mantenimiento del cuerpo y de ocio.

Termina la resolución estructurando la cuestión relativa a las mujeres y el deporte declarando que el deporte femenino es la expresión del derecho a la igualdad y a la libertad de todas las mujeres a disponer de su cuerpo y a inscribirse en el espacio público, independientemente de la nacionalidad, la edad, la discapacidad, la orientación de género o la religión y pidiendo a los Estados Miembros que garanticen a hombres y mujeres las condiciones de igualdad en cuanto al acceso a la práctica deportiva a todos los niveles y en todas las etapas de la vida.

Pide también la Resolución, entre otras cosas, que la Convención Europea dé un fundamento jurídico al deporte en el futuro Tratado de la Unión que reconozca sus funciones culturales, educativas y sociales, incluyendo una referencia a la igualdad de acceso de hombres y mujeres a la práctica deportiva y a las responsabilidades y pide también el desarrollo del deporte escolar y el deporte de ocio, garantizar la igualdad de derechos en el deporte de alto nivel, garantizar la salud del atleta y reforzar la participación de las mujeres en la toma de decisiones.

VII.- CONCLUSIÓN

Como podemos ver, las vivencias y los problemas que se producían en sociedades y culturas, aparentemente tan lejanas en el tiempo, en los temas que relacionan a la mujer y el deporte no difieren tanto de los que encontramos en la actualidad. La negación del acceso a la educación física, la prohibición de competir, los prejuicios sociales o el nulo reconocimiento profesional como deportistas fueron el caballo de batalla para las mujeres desde la antigüedad hasta nuestros días. Las diversas fuentes que hemos traído a colación no tratan el tema de la mujer como asunto principal, sino de forma colateral y en referencia a otros temas, lo que da cuenta de la invisibilidad histórica de la mujer en la antigüedad, y mucho más en un tema como el deportivo, tan relacionado con la fuerza física y con el ámbito masculino. Además, no existe ningún tipo de regulación vigente en aquellos tiempos con respecto a las posibilidades femeninas en los deportes, sino más bien todo lo contrario, normas prohibitivas que no permitían la presencia femenina en determinados lugares ante la presencia de atletas que practicaban su deporte totalmente desnudos.

De hecho, incluir el deporte en la educación de una manera igualitaria, es a día de hoy una pretensión, una intención de la Unión Europea. Tampoco se ha logrado una profesionalización de las mujeres en las mismas condiciones que los hombres y desde luego no se ha conseguido la equiparación en número en los puestos relacionados con la práctica deportiva tales como entrenador, árbitro, profesor y mucho menos directivo.

Todas esas mujeres, protagonistas de las historias deportivas a las que me he referido en la primera parte del discurso, tuvieron un discreto papel, sobre todo si las comparamos con las hazañas de sus coetáneos masculinos, pero quizá sus experiencias no están tan alejadas de la realidad que vivimos aún en la actualidad.

VIII. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

AA.VV., Catálogo de la Exposición Mujer y Deporte, Instituto de la Mujer, Madrid, 1990.

Aristóteles, Política.

CANTARELLA, E., Los suplicios capitales en Grecia y Roma. Orígenes y funciones de la pena de muerte en la antigüedad clásica, Madrid, 1996, Akal Ediciones.

DIEM, C. Historia de los Deportes, Barcelona, 1966, Ed. Caralt.

DÍEZ GARCÍA, A., Evolución, histórica y social de la presencia de la mujer en la práctica física y el deporte. http://www.efdeportes.com/ Revista Digital, Buenos Aires,11, nº 99, agosto 2006.

DODERO PAZ, M., La joven espartana y su participación en la ciudad Lacedemonia, en Antesteria 1, 2012.

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NOTAS:

(1). FERNÁNDEZ DE BUJÁN, A., Derecho Privado Romano, Madrid, 2014, IUSTEL, p. 177.

(2). Vid. DIEM, C., Historia de los Deportes, Barcelona, 1966, Ed. Caralt, p. 219, en donde afirma que la presencia de la mujer como espectadora, estaba prohibida sólo si estaba casada.

(3). CANTARELLA, E., Los suplicios capitales en Grecia y Roma. Orígenes y funciones de la pena de muerte en la antigüedad clásica, Madrid, 1996, Akal Ediciones, p. 89.

(4). Cfr. JIMÉNEZ MORALES, R., El deporte femenino español en los Juegos Olímpicos, Madrid, 2015, Consejo Superior de deportes, p.18: “El incumplimiento de esta ley estaba castigado con la pena de muerte, aunque no hay constancia de que se tuviera la posibilidad de aplicar un castigo que consistía en arrojar por el Monte Tipeón a cualquier mujer que intentara presenciar la competición”.

(5). MONROY ANTÓN, ANTONIO J./SÁEZ RODRÍGUEZ G., Historia del deporte. De la Prehistoria al Renacimiento, Sevilla, 2007, Ed. Wanceulen, p. 77, en dónde se destaca que el puesto de la sacerdotisa era de gran valor: “Como lo prueba el hecho de que fuera solicitado por damas de alta alcurnia como Regilla, la esposa de Herodes Ático, el hombre más rico de su época”.

(6). Pausanias, La descripción de Grecia, 6, 20, 9.

(7). Vid. al respecto, GRIMAL, P., Diccionario de Mitología griega y Romana, Barcelona, 1981, Ed. Paidós, passim.

(8). Homero, Odisea, Madrid, 2007, Akal ediciones, p. 104.

(9). GRIMAL, P. Diccionario de Mitología griega y Romana, cit. p. 371: “Nausícaa es la protagonista de una de las más célebres leyendas narradas en la Odisea… Las muchachas lavan la ropa, la extienden luego sobre la hierba y, mientras se seca, juegan a la pelota en la orilla. De pronto, el balón se les escapa y cae al agua; ellas lanzan un grito, que despierta a Ulises”.

(10). JULIEN, N. Enciclopedia de los mitos, trad. esp. Barcelona, 2003, Ed. Robinbook, p. 40, sobre Apolo y la conquista de Cirene, que no se limitó al enamoramiento, sino al rapto posterior de la misma, concibiendo Cirene un hijo de nombre Aristeo.

(11). GRIMAL, P. Diccionario de Mitología griega y Romana, cit. p. 58.

(12). PIERNAVIEJA DEL POZO, M., Antiguas vencedoras olímpicas, Citius, Altius, Fortius, Estudios deportivos, V, Fascículo 4, Madrid, 1963, p. 408-410.

(13). GARCÍA ROMERO, F., Saltos del toro y carreras rituales. Deporte femenino y religión en la antigua Grecia. El futuro del pasado, 6, 2015, p. 35.

(14). Cfr. Ibid. Id. p. 38. En relación con este tema, vid. también la posición de RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Mito, rito y deporte en Grecia, Estudios Clásicos, 110, 1996, p. 25 ss., en donde señala que los saltos del toro eran en origen un ritual religioso, convertido posteriormente en deporte y espectáculo.

(15). SERRANO ESPINOSA, M., Acerca de los orígenes de la tauromaquia cretense, en Gerión, 16, 1998, p.47: “El toro depositario de la fuerza bruta y enfrente el hombre, representado por jóvenes atletas que buscan derrotarlo y quien sabe escalar puestos dentro de la comunidad por su nuevo carácter de héroes. Es una transposición de los ciclos vegetativos en los que la naturaleza se renueva constantemente: las nuevas generaciones van desplazando a las antiguas y las acrobacias y luchas con los toros son una buena prueba de ello. La religión es un elemento decisivo en el mundo antiguo y la importancia que tiene como factor de prestigio en la sociedad es un hecho que admite poca discusión”; posteriormente, ídem, La tauromaquia minoica, Alicante, 2006, Instituto J. Gil Albert, p. 35 ss., en donde de nuevo resalta la posible función social de los juegos del toro, por el hecho de que quienes luchan con el toro sean jóvenes que intentan mostrar así su fortaleza física y, por consiguiente, su capacidad para adquirir un papel preponderante en la comunidad reemplazando adecuadamente a las generaciones anteriores.

(16). GARCÍA ROMERO, F., Saltos del toro y carreras rituales. Deporte femenino y religión en la antigua Grecia, en El futuro del pasado, 6, 2015, p. 40 ss., en donde el autor refiere las distintas teorías, pudiendo destacar el pensamiento de Scanlon, Wolfang Decker y otros.

(17). DODERO PAZ, M., La joven espartana y su participación en la ciudad Lacedemonia, en Antesteria 1, 2012, p. 20.

(18). Pausanias, 3, 13, 7.

(19). SCANLON, T.F., Eros and Greek Athletics, Oxford, 2002, Oxford University Press, p. 134 ss., quien se inclina por una carrera representativa del “carácter salvaje de las muchachas aún indómitas, antes de ser ‘capturadas’ y ‘domadas’ en el matrimonio”.

(20). G. KYLE, D., The Only Woman in all Greece: Kyniska, Agesilaus, Alcibiades and Olympia, en Journal of Sport History, 30, 2, 2003, p. 183: “Kyniska of Sparta was the first woman to win al Olimpic victory, but, because women were banned during the festival, she was not allowed to be present at the games in whiche she was proclaimed the winner of the four-horse chariot race in 396 and agian in 392 B.C. Kyniska’s victory epigram is known from an inscribed marble base at Olympia…”.

(21). Pausanias, 5. 16. 2-3: “...Y también hay mujeres que prestan ayuda a las 16 que dirigen estas competiciones. Estos juegos de muchachas los hacen remontar también a una época antigua, diciéndose que Hipodamía, para dar gracias a Hera por su boda con Pélope, reunió a las 16 mujeres y con ellas fue la primera en organizar los Juegos Hereos”.

(22). Pausanias, 5.16.2-7.

(23). GARCÍA ROMERO, F., Saltos del toro y carreras rituales. Deporte femenino y religión en la antigua Grecia, en El futuro del pasado, 6, 2015, p.40-41. El autor se refiere al pensamiento de Scanlon, Wolfang Decker y otros.

(24). Pausianas, 5.6.7-8; testimonio también recogido en Eliano, Historias variadas, 10.1.

(25). GARCÍA ROMERO, F. Deporte y educación en la Grecia Clásica. Materiales para la Historia del Deporte. Suplemento especial nº 2, 2015, p. 27.

(26). Plutarco, Vida de Licurgo, 14.2.

(27). GARCÍA ROMERO, F., Deporte y educación en la Grecia Clásica. Materiales para la Historia del Deporte, cit. p. 30: “En los últimos años diversos estudiosos como Frederick Beck, Mark Golden y David Pritchardhen defendido la idea de que quizá no estuviera tan extendida como se ha venido creyendo, porque las familias menos pudientes enviaran a sus hijos únicamente a los maestros que les instruían en la educación básica necesaria, y mucho más raramente a los maestros de música y educación física”.

(28). Platón, República, 403c.

(29). Platón, Leyes, 789 a-e.

(30). Aristóteles, Política, 5.3.

(31). NASAELLI MASERA, D.G., El control en los espectáculos públicos romanos. Cada espectador en su asiento. Huellas de la Historia, 13, 2, octubre 2010, p. 2.

(32). Sobre la importancia de los gladiadores, FIEL VARELA, D., Aproximación al régimen jurídico de la práctica deportiva en la Administración Pública Romana, RGDR, www.iustel.com, 26, julio 2016, p. 9: “Sin duda, otros de los grandes protagonistas de los espectáculos romanos son los gladiadores. Imposible no reconocer su relevancia y protagonismo social; han sido calificados como los antecesores de los deportistas profesionales, sometidos a férreos programas de entrenamiento, dieta y ejercicio, en ocasiones de forma voluntaria cuando eran libres, y en otras por obligación si se trataba de esclavos o condenados, damnati ad ludum”.

(33). MAÑAS NÚÑEZ, M., Mujer y sociedad en la Roma Imperial del Siglo I, Norba, Revista de Historia, 16, 1996-2003, p. 195-197.

(34). Juvenal, Sátiras, 6.252 ss.

(35). Marcial, 7.67.

(36). GARCÍA ROMERO, F., El deporte femenino en la antigua Grecia. Materiales para la Historia del Deporte. Suplemento especial nº 2, 2015, p. 18.

(37). En tiempos de Domiciano se realizaban en Roma espectáculos tan importantes como los celebrados por Nerón. Se celebraban combates de gladiadores y batallas navales. En esos combates intervenían hombres y mujeres; KORSTANIE, M., Formas de ocio en la antigua Roma: desde la dinastía Julio-Claudia (Octavio Augusto) hasta la Flavia (Tito Flavio Domiciano). El Periplo Sustentable, 15. Universidad Autónoma del Estado de México. Julio 2008, p. 26-27.

(38). MAÑAS, A. New evidence of female gladiators: the bronze statuette at the Museum für Kunst und Gewerbe of Hamburg, The International Journal of the History of Sport, 28, 2011, p. 23 ss.

(39). ROBERT, J-N., Eros romano: sexo y moral en la Roma antigua, trad. esp. Madrid, 1999, Ed. Complutense, p. 8: “Clelia consigue que sus compañeras escapen cruzando a nado el cercano Tíber bajo una lluvia de saetas lanzadas por el enemigo. Porsena, enfurecido por esta violación del tratado, reclama la devolución de los rehenes, pero, admirado por la hazaña, asegura que si Clelia le es devuelta, le concederá la libertad”.

(40). Vitruvio, De architectura, 5.10: “Se debe procurar que los baños de hombres y mujeres estén juntos para que el horno y calderas subterráneas puedan ser comunes”; en relación con este testimonio, vid. ORÓ FERNÁNDEZ, E., El balneario romano: aspectos médicos, funcionales y religiosos, Antig. Crist., Murcia, 13, 1996, p. 62, al comentar el paso de Vitruvio: “Este apunte sobre la manera de aprovechar una misma instalación para los dos baños prueba cómo, a pesar de que en algunos momentos serán frecuentes los baños comunes de hombres y mujeres, la norma era que los baños de ambos constituyeran edificios distintos, aunque contiguos”.

(41). TUERO DEL PRADO, C., Somos del agua, historia de los equipamientos acuáticos en Gijón, Gijón, 2008, Ed. Ayuntamiento de Gijón, p. 67.

(42). DÍEZ GARCÍA, A., Evolución, histórica y social de la presencia de la mujer en la práctica física y el deporte. http://www.efdeportes.com/ Revista Digital, Buenos Aires,11, nº 99, agosto 2006, p. 1.

(43). RIZZA, G./ GARRAFFO, S. (Eds.), La villa romana del Casale di Piazza Armerina, Catania, 1984, Università di Catania, Istituto di Archeologia, passim.

(44). WILSON, R. J. A., Piazza Armerina, Londres, 1983, Ed. London, passim.

(45). LÓPEZ MONTEAGUDO, G., La caza en el mosaico romano. iconografia y simbolismo, en Arte, sociedad, economía y religión durante el Bajo Imperio y la Antigüedad Tardía, Antig. crist., Murcia, VIII,1991, p. 504, en donde se refiere al mosaico de la Gran Caza de Piazza Armerina: “En donde los animales son cazados y embarcados para su traslado, como describen las fuentes literarias (Claud. Cónsul. Stilich.3.325 ss.; Aelian.Hist. an. 10. 17; Symm. ep. 9. 117)”.

(46). M. LEE, H., The program and schedule of the Ancient Olympic Games. Hildesheim, 2001, Nikephoros Beihefte series, Band 6, passim.

(47). GARCÍA ROMERO, F., El cuerpo del atleta en la antigua Grecia. Bitarte. Revista cuatrimestral de humanidades, 12, nº 37, 2005. Páginas 45-58.

(48). DUNCAN, I. A., El arte de la danza y otros escritos. Edición de José Antonio Sánchez, Madrid, 2003, Akal ediciones, p. 21 ss.

(49). LENGBORG, T., Ellen Key (1849-1926) Perspectivas: revista trimestral de educación comparada, París. UNESCO: Oficina Internacional de Educación, vol. XXIII, n° 3-4, 1993, p. 873-886, Ellen Key aporta con una filosofía neohumanista, la necesidad de armonía entre el desarrollo de cuerpo y alma.

(50). AA.VV., Catálogo de la Exposición Mujer y Deporte, Instituto de la Mujer, Madrid, 1990, passim.

(51). Brighton Declaration on women and Sport. First World Conference on Women and Sport oganised in 1994 in Brighton, United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland. Recogida entre otros en International University Sports Federation. Acceso libre. Consulta realizada 21 de enero de 2017. http://www.fisu.net/en/Brighton-Declaration-4156.html.

(52). 6th International Women Group, Conference on Women and Sport. Junio 12 a-15 de 2014, Helsinki, Finlandia, Documento de Referencia. Acceso libre. Consulta realizada 21 de enero de 2017. http://www.fisu.net/medias/fichiers/ES_Helsinki_calls_the_world_of_sport_to_LEAD_THE_CHANGE_BE_THE_CHANGE.pdf

(53). Unión Europea. Resolución nº 2002/2280 (INI) del Parlamento Europeo sobre las Mujeres y el Deporte. Textos aprobados, 5 de junio de 2013. Acceso libre. Consulta realizada 21 de enero de 2017. http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P5-TA-2003-0269+0+DOC+XML+V0//ES.

(54). Entre otros, la Resolución nº 2002/2280 (INI) del Parlamento Europeo sobre las Mujeres y el Deporte revisa, además de los señalados, los siguientes documentos: Declaración sobre el deporte, aneja al Tratado de Amsterdam, la Declaración del Consejo Europeo de Niza relativa a las características específicas del deporte y a su función social en Europa, que deben tenerse en cuenta al aplicar las políticas comunes, la Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, de 18 de diciembre de 1979, la Resolución de 4 de julio de 1996 sobre la no participación de mujeres procedentes de determinados países en los Juegos Olímpicos, la Resolución de 13 de junio de 1997 sobre la función de la Unión Europea en el ámbito del deporte, la Carta Europea del Deporte y el Código de Ética Deportiva del Consejo de Europa revisados en 2001, la Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte, aprobada por la Conferencia general de la UNESCO, durante su vigésimo período de sesiones celebrado el 21 de noviembre de 1978 en París, la Carta Olímpica modificada en 1994, las Conferencias mundiales sobre la mujer y el deporte organizadas por el COI en Lausana en 1996 y en París en 2000, las Conferencias de la red europea "Mujeres y Deporte", celebradas respectivamente en Estocolmo, Atenas, Helsinki y Berlín, de 1996 a 2002, la Resolución del Consejo de Europa sobre la Prevención del Acoso y Abuso Sexuales de Mujeres y Niños en el Deporte de marzo de 2000, la Carta Olímpica de 23 de septiembre de 2001 y la Olimpiada Cultural 2001-2004 lanzada por el Ministerio de Cultura griego con motivo de los Juegos Olímpicos de Atenas con el fin de restablecer los ideales fundamentales del movimiento olímpico que combinan el deporte y la cultura, la Directiva 2002/73/CE del Parlamento Europeo y el Consejo, de 23 de septiembre de 2002, que modifica la Directiva 76/207/CEE del Consejo relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y a la promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo, la Decisión n° 291/2003/CE del Parlamento Europeo y el Consejo, de 6 de febrero de 2003, por la que se establece el Año Europeo de la Educación a través del Deporte 2004, la Declaración de Salónica y las conclusiones de la Conferencia "La mujer y el deporte - Antiguos y nuevos estereotipos", organizada por la Presidencia griega de la Unión Europea en 2003 y el informe de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Oportunidades.

 
 
 

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