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Iñigo Méndez de Vigo (dir.): ¿Qué fue de la Constitución Europea? El Tratado de Lisboa: un camino hacia el futuro, CEU-Fundación Rafael del Pino-European University Institute, Planeta, Madrid, 2007, 348 págs. (ISBN: 978-84-08-07807-4)
Por
MARGHERITA BLANDINI
Dos días antes de que los Jefes de Estado y Gobierno de los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea firmaran en Lisboa el Tratado por el que se modifican el Tratado de la Unión Europea y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, tuvo lugar en Madrid la presentación de la obra tratada. La publicación que ahora presentamos es el fruto de un proyecto de investigación llevado a cabo por el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad CEU-San Pablo, la Fundación Rafael del Pino y el European University Institute, bajo la dirección del Diputado al Parlamento Europeo y Catedrático Jean Monnet Iñigo Méndez de Vigo.
La investigación encuentra su causa en la necesidad de realizar un análisis tras los referenda negativos sobre el Tratado Constitucional para Europa, celebrados en Francia (29 de mayo de 2005) y Países Bajos (1 de junio de 2005). El objetivo originario del proyecto consiste en mostrar, frente a la crisis de la Unión, la necesidad del Tratado Constitucional para un mayor acercamiento de las instituciones comunitarias a los intereses y necesidades de los ciudadanos europeos. Exigencia prioritaria puesta de manifiesto desde las Declaraciones de Niza (2000) y de Laeken (2001).
La estructura de la obra -editada por Planeta- responde a las etapas de realización de la misma. El prólogo, del Presidente del Instituto de Estudios Europeos de la CEU-San Pablo, Marcelino Oreja Aguirre, constituye una preciosa guía clarificadora del sentido de los trabajos realizados por el equipo de expertos. La falta de actividades concretas encaminadas a resolver la crisis en la que se encontraba la Unión, tras la apertura del periodo de reflexión por el Consejo Europeo en junio de 2005, impulsó el proyecto. La voluntad de contribuir activamente a la identificación de la mejor solución para salir de la crisis motivó a los investigadores al estudio de las posibles alternativas y a la propuesta de una solución. Finalmente, tras el acuerdo alcanzado en el Consejo Europeo de octubre de 2007, el director del Proyecto Iñigo Méndez de Vigo nos entrega en el prólogo de la obra- su análisis y valoración del Tratado de Lisboa.
En la primera parte de la obra, se analizan en detalle todas las innovaciones del Tratado Constitucional en comparación con los Tratados en vigor y se presenta a los lectores un cuadro resumen de las mejoras en términos de democracia, transparencia, eficacia y visibilidad. Además, se identifican aquellos avances que pudieran entrar en vigor sin el Tratado Constitucional, a través de otras vías. Se llega a la conclusión de que la mayoría de ellos requerirían un nuevo Tratado, razón por la que se destaca, el coste que pagaría la Unión en caso de no entraren vigor el Tratado Constitucional o una reforma similar. Estas conclusiones de la primera fase del proyecto de investigación han sido presentadas en Madrid el 27 de enero de 2007.
La segunda parte de la obra y del proyecto de investigación se propone examinar las cuatro posibles salidas del impasse constitucional. La primera opción, presentada por el Profesor del European University Institute Jacques Ziller, consiste en la posibilidad de introducir mejoras sin enmienda de los Tratados. En palabras del mismo autor, se trataría de una solución explorada pro-memoriam, por representar eventualmente el resultado automático del fracaso de las demás alternativas. La segunda opción, analizada por el Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de la Rioja José Martín y Pérez de Nanclares, es una versión reducida del Tratado Constitucional. Ésta, al mantener el contenido esencial del mismo, conllevaría dificultades para la determinación de un mínimo común denominador aceptable por todos los gobiernos involucrados, con el consiguiente riesgo de soluciones de mínimos, al estilo de la propuesta de mini-Tratado avanzada por Sarkozy en septiembre de 2006. La tercera opción, presentada también por Jacques Ziller es un nuevo Tratado que cambie la forma pero mantenga la sustancia del Tratado Constitucional. Dicho de otro modo, se reduciría la apariencia constitucional del Tratado, utilizando la técnica tradicional de enmienda. La cuarta y ultima opción, defendida por el grupo de investigadores de la obra que comentamos, es un Tratado que, por un lado, simplifique el Tratado Constitucional preservando su sustancia y, por otro lado, incorpore innovaciones al texto actual (Tratado plus), de acuerdo con los temas que han surgido durante el periodo de reflexión 2005-2007. Esta alternativa implicaría dos nuevos Tratados que sustituirían a los vigentes y la incorporación o fortalecimiento de áreas como la política energética y el cambio climático. Las conclusiones de esta segunda fase de investigación han sido presentadas en Bruselas, ante los medios de comunicación, el 30 de mayo de 2007 y han sido entregadas al Presidente de la Comisión Europea, al Presidente del Parlamento Europeo y al Ministro de Asuntos Exteriores de España.
La tercera y última parte de la publicación contiene la visión lúcida y realista del director del grupo de investigación. Se trata de un relato de los hechos vividos en primera persona a partir de los referenda en Francia y Países Bajos. En sus líneas destaca sobre todo el análisis del papel de la presidencia alemana del Consejo, que con el acuerdo alcanzado en el Consejo Europeo de junio de 2007, ha dejado a la Conferencia Intergubernamental un mandato de contenido muy definido. A continuación, el autor presenta una valoración del Tratado de Lisboa, teniendo en cuenta lo que queda de la originaria Constitución Europea. Sus conclusiones, lejos de asumir tintes lampedusianos sobre aquel Tratado que cierra la crisis constitucional y rescata el contenido esencial de la Constitución, no esconden de todas formas la frustración de alguien que como protagonista de la Convención, tenía ambiciones mucho mayores respecto del futuro próximo de la Unión, mismas que han sido recortadas por la falta de espíritu europeísta de algunos países que en el nuevo Tratado han obtenido trajes a medida.
La publicación ilustra lo sucedido en la historia de la construcción europea en los últimos años, a través de las contribuciones de expertos capaces de develarnos aquellos intereses nacionales que impiden a los países con mayor visión integradora, ubicar a Europa como líder en el contexto global. Por esta razon, en distintas ocasiones, se insiste en una mayor utilización de las cooperaciones reforzadas como instrumento para abordar los futuros retos de la Unión.
Estamos, en definitiva, ante un meritorio esfuerzo de reflexión colectiva, muy bien logrado, que incluye aportaciones académicas de gran relevancia y de incuestionable interés para todos los que, de un modo u otro, como estudiosos del tema o como ciudadanos responsables, nos preocupamos por el presente y el futuro de nuestra Europa.