Breve reseña de la obra:
Este es un libro sobre el Parlamento en el que no se habla mal del Parlamento. Todo lo contrario. Lo revela el autor desde la primera línea. Es cierto que se examinan con gran detalle los constantes vaivenes históricos de la institución y la insatisfacción que la misma suscita en todos los países y en sus opiniones públicas, tan poco benevolentes como la española. Igualmente, el libro se extiende con contundencia y al margen de los tópicos en los numerosos problemas y debilidades de las asambleas. Tanto los seculares, como los propios del siglo XXI, derivados de los cambios extraordinarios que estamos viviendo y que vamos a vivir.
Pero la respuesta que da el autor no es otra que la de reconocer y afrontar esas debilidades y esos retos, para profundizar en la modernización y el fortalecimiento del Parlamento y, en definitiva, para consolidar la democracia representativa adecuándola a las exigencias del tiempo presente.
Esta apuesta por las instituciones es, al tiempo, una llamada rotunda para que las mismas afronten un proceso exigente y auténtico de reforma. A tal fin, Ignacio Astarloa proporciona un material exhaustivo, en muchos casos desconocido o no estudiado, procedente tanto de la literatura comparada más moderna sobre los Parlamentos y el parlamentarismo, como de los trabajos acumulados durante más de treinta años para las reformas que se han venido planteando -generalmente sin éxito- en nuestras Cortes Generales. Avisando, eso sí, desde su larga experiencia en las Cámaras (tanto como Letrado Mayor de las Cortes, como en su condición de Diputado, de Secretario de Estado o, años atrás, de Letrado Mayor del Parlamento Vasco), que si las reformas no se afrontan con una gran determinación política y superando cálculos partidistas particulares, no serán posibles los cambios que el presente y el futuro indudablemente demandan.