Breve reseña de la obra:
Desde el momento mismo en que se constituyeron los primeros parlamentos modernos en España se sintió la necesidad de dictar normas que regulasen su organización y funcionamiento interno. Sin embargo, más allá del sentido procedimental de sus disposiciones, los Reglamentos Parlamentarios se convirtieron en normas de una capital trascendencia política, ya que a su través se rigieron aspectos tan relevantes como el ejercicio del poder constituyente, la elaboración de las leyes, la aprobación de los presupuestos generales del Estado, o el control sobre el Gobierno.
Por todo ello, no es excesivo afirmar que los Reglamentos Parlamentarios han sido, junto con la legislación electoral, las normas que más han contribuido a perfilar el contenido de nuestras Constituciones históricas. Por una parte, porque éstas nacieron a través del procedimiento constituyente reglado por los Reglamentos Parlamentarios que, de resultas, determinaban el modo en que se discutiría y aprobaría la ley fundamental del Estado. Pero, por otra, aprobadas las Constituciones, los posteriores Reglamentos de las Asambleas legislativas no sólo desarrollaron su contenido, sino que lo complementaron, yendo más allá de su tenor. Tal fue el caso de la responsabilidad política del Gobierno, o de la presencia parlamentaria de los partidos políticos, reconocidos ambos en Reglamentos Parlamentarios antes incluso de hallar respaldo constitucional.
En esta obra se recogen por vez primera en un solo volumen los Reglamentos Parlamentarios históricos tanto de la Cámara Baja como de la Cámara Alta, así como las leyes reguladoras de los cuerpos colegisladores. Desde el texto que reguló la actividad de las Cortes de Cádiz, aprobado en 1810, hasta los que rigieron la vida política de las Cortes constituyentes de 1977, este libro traza un recorrido normativo imprescindible para conocer la organización, funcionamiento y competencias del principal órgano representativo del Estado.