Breve reseña de la obra:
El título de pequeña historia es indicativo de los objetivos de la obra, que no pretende ser el fragmento de la historia del derecho concerniente al problema penal en los siglos XIX y XX, intención que sería excesivamente osada, sino, tan solo, ofrecer una imagen de cómo se fue abordando, desde los tiempos de las Cortes de Cádiz, lo concerniente a la justicia y a las leyes penales, así como la evolución del pensamiento hispano a lo largo de dos siglos. La exposición es obligadamente sintética, pero lo bastante completa como para comprender que la cuestión penal no puede desligarse del contexto político e intelectual que la rodea. Frente a la conocida tendencia a relatos autorreferenciales, que parecen suponer que los penalistas y el problema penal constituyen un mundo aparte, esta obra parte de la convicción de que leyes y ciencia penales no constituyen un epifenómeno desligado de la realidad, la cual no es solo un telón de fondo, sino la razón última del devenir de la legislación, el pensamiento y, en suma, la justicia penal.