La Unión Europea (UE) necesita actuar de manera inteligente en el escenario internacional, si quiere desmentir la idea de que es un actor internacional débil. Se ha tratado durante mucho tiempo de identificar las razones de esta debilidad y de encontrar eventuales remedios. Sin embargo, lo cierto es que la Unión sigue –hoy por hoy– percibiéndose como un actor internacional con un destacable potencial, pero todavía frágil.

En este libro se analizan las razones de esa fragilidad para llegar a la conclusión de que el componente civil de la acción exterior europea tiene un enorme valor y que lo que hay que hacer es reforzarlo de una manera coherente, incluso mediante la utilización de elementos militares. Una combinación de elementos civiles y militares, donde los primeros tengan mayor peso, es la receta para construir una acción exterior inteligente.

La Unión Europea debe seguir desarrollando con inteligencia su modelo de poder civil, que es el que confiere valor añadido a su acción exterior. Para ello, no sólo es necesario desarrollar una política europea de seguridad y defensa, sino también poner coto a las incoherencias en que continuamente incurre y que reflejan las dificultades de llevar a la práctica el discurso que define a la Unión.

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