MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Nacional ha condenado a sendas penas de 37 y 22 años de cárcel, respectivamente, a los etarras Garikoitz García Arrieta e Iratxe Yáñez Ortiz, que fueron detenidos en enero de 2010 en Zamora cuando pretendían "aprovisionar" con "armas, municiones y explosivos" una base que la organización terrorista había instalado en la localidad portuguesa de Óbidos.
En una sentencia dictada este lunes, la Sección Primera de la Sala de lo Penal considera probado que los acusados fueron "comisionados" a inicios de 2010 por la dirección de ETA para trasladar el material explosivo desde Francia a Óbidos y "ejecutar desde allí atentados".
García Arrieta fue interceptado por una patrulla de agentes de la Guardia Civil en la localidad de Bermillo de Sayago, aunque logró empujar y encerrar a uno de ellos en la furgoneta y cruzar la frontera en el vehículo policial. Fue detenido una hora y veinte minutos después en la localidad portuguesa de Moncorvo. Su compañera, que conducía un vehículo lanzadera, pasó tres veces delante de los agentes y también fue arrestada en territorio portugués, en la localidad de Barragen do Pocinho.
El tribunal atribuye a los dos acusados, para los que el fiscal solicitaba penas de 49 y 23 años de cárcel, respectivamente, los delitos de integración en organización terrorista, depósito y transporte de explosivos, tenencia ilícita de armas de fuego y falsificación de documentos. Sin embargo, García Arrieta es absuelto del delito de lesiones que se le atribuía porque el agente al que empujó únicamnente precisó tratamiento farmacológico para recuperarse de una contusión y un esguince.
ABSUELTO EL ACUSADO DE COLABORAR
Los magistrados Javier Martínez Lázaro, Nicolás Poveda y Ramón Sáez (ponente) también absuelven a Luis María Cengotitabengoa, que habría prestado su pasaporte a los etarras para que los hiciesen llegar a su hermano Andoni, que fue detenido en Lisboa el 11 de marzo siguiente cuando intentaba volar a Venezuela.
El tribunal considera que la Fiscalía no ha podido demostrar que entregara su pasaporte "directa o indirectamente" a los etarras y que la defensa sostuvo en el juicio "con rigor" dos hipótesis alternativas: que fuera el propio Andoni el que se lo quitara durante una visita clandestina a su casa de Bermeo (Vizcaya) o que su mujer lo hubiera tomado durante alguna de sus visitas.
ETA "ENTONCES SE HALLABA EN ACTIVO"
Entre las pruebas que los magistrados han tenido en cuenta para dictar la condena se encuentran las huellas que fueron halladas en un mapa de carreteras y una botella de agua halladas en la furgoneta en la que se transportaban las armas y los explosivos.
"No hay duda que todos esos actos, contemplados en su conjunto (armas, explosivos, documentos falsos) ejecutados por dos ciudadanos de la comunidad autónoma vasca que procedían del sur de Francia, en el año 2010, son conductas plenas de sentido, así como de identidad", señalan.
De igual modo, señalan que "la posesión de elementos y componentes para confeccionar más de doscientos artefactos explosivos con los que cometer atentados contra personas y bienes señal a la organización terrorista, que entonces se hallaba en activo".
En este sentido, apuntan que el "cargamento valioso y escaso" que los etarras trasladaban, "de difícil acceso" y el "riesgo" que tuvieron que afrontar demuestra "una identificación con los fines y métodos de la organización terrorista, una puesta a disposición de la misma para la ejecución de sus delitos instrumentales". "Para una relación esporádica o un encargo ocasional, supuesto de colaboración, bastaría proveer al agente de un solo documento falso", añaden.
En el juicio, que quedó visto para sentencia el pasado 9 de enero, los dos acusados se han negados a declarar y responder a las preguntas tanto del fiscal como de los abogados. "No voy a contestar a ninguna pregunta. Soy militante de ETA desde hace más de diez años y no voy a participar en este juicio", señaló Yáñez.
