MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El Tribunal Supremo ha confirmado la absolución del teniente coronel médico que atendió al cabo David Giner durante la realización de unas pruebas físicas en el Ejército. Tras abandonar el recinto deportivo, el joven sufrió un paro cardiaco mientras conducía su vehículo y se encuentra en estado de coma vegetativo desde septiembre de 2007.
La Sala de lo Militar ha dictado una sentencia, que ha contado con el voto particular de dos magistrados, que desestima el recurso de la familia del cabo contra la resolución del Tribunal Militar Central en la que se absolvía al teniente coronel médico A.J.E. de un delito de negligencia profesional en acto de servicio con resultado de lesiones, y de otro de incumplimiento de los deberes técnicos de su profesión por impericia o negligencia.
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Javier Juliani, entiende que el alto mando del Ejécito no incurrió en ninguna negligencia punible y tiene en cuenta la valoración de los peritos al indicar que los síntomas detectados en el joven tras la realización de las pruebas deportivas "no hacían prever el desenlace de los hechos".
A su entender, el "posible nexo causal" entre la conducta desplegada por el médico militar y las lesiones que "desgraciadamente" sufrió el cabo quedó interferido por la propia decisión del joven de abandonar las instalaciones deportivas, "sin que haya quedado constatado que su salida de las mismas le fuera médicamente autorizada".
DOS RECONOCIMIENTOS PREVIOS
Los hechos se remontan al verano de 2007 cuando el cabo del Batallón de Honores del Regimiento de Infantería 'Inmemorial del Rey', número 1, del Cuartel General del Ejército se presentó al oportuno reconocimiento médico previo a la Prueba Anual de Evaluación Física (PAEF). En una primera ocasión, el teniente coronel médico le clasificó como no apto temporal a la espera de que mejorara su condición física.
Dos meses después, David se volvió a presentar al reconocimiento médico y sí se le permitió entonces presentarse a las pruebas deportivas al no evidenciarse ningun indicio patológico. El 10 de septiembre de 2007, el cabo superó las pruebas y, al concluirlas, se acercó a la ambulancia del recinto al sufrir un dolor en el pecho y mostrando un aspecto pálido y fatigado.
El teniente coronel médico le efectuó una auscultación pulmonar e interpretó como un signo de mejoría que el joven pidiera un botellín de agua mientras dialogaba con los sanitarios. Por ello, le recomendó que se sentara al sol en el césped contiguo a la ambulancia, donde permaneció durante breves minutos hasta que decidió conducir su vehículo para marcharse a su domicilio.
De camino a casa, el cabo sufrió un desvanecimiento con pérdida de consciencia. El SAMUR le encontró en situación de parada cardiorrespiratoria y no logró sacarle del coma en el que se hallaba. En el Hospital descubrieron que padecía de un Síndrome de Hipercoagulabilidad, un factor de elevado riesgo cardiovascular especialmente cuando se une a factores de riesgo como el tabaquismo.
DEBIÓ ENVIARLO A UN HOSPITAL
La sentencia cuenta con el voto particular del magistrado José Luis Calvo, al que se ha adherido Fernando Pignatelli, por el que entiende que la Sala debió estimar el recurso de casación y condenar al teniente coronel médico como autor de un delito contra la eficacia del servicio a la pena de tres meses y un día de prisión.
Los magistrados advierten de que la ambulancia no estaba medicalizada y no contaba con desfibrilador y que estas carencias eran conocidas por el teniente coronel médico, cuyo servicio consistía en atender a los militares que antes, durante y después de las pruebas necesitaran su intervención. "La Administración no había dispuesto los medios técnicos indispensables para realizar un reconocimiento médico", ha agregado.
"El médico, precisamente por carecer de los medios técnicos adecuados para reconocerlo, debió disponer su traslado al centro hospitalario más próximo a fin de que le fueran practicadas las elementales pruebas destinadas a conocer su estado y específicamente el de su corazón", concluyen.
